jueves, 20 de septiembre de 2012

tema 9 psi social


TEMA 9 CONTRIBUCIONES DE LA PSICOLOGIA SOCIAL AL ESTUDIO DE LA AGRESION

LA AGRESIÓN. ALGUNAS CUESTIONES CONCEPTUALES

Se entiende por agresión cualquier forma de conducta dirigida a dañar o injuriar a otro ser vivo que está motivado a evitar tal trato. La falta de intención y de previsión de consecuencias por partes de los más fuertes es lo que hace que se considere una conducta no agresiva. Los intentos fallidos de aterrorizar si serian casos de agresión.
La intención de hacer daño es el elemento central de la definición de este tipo de comportamientos, las investigaciones sugieren diferenciar 2 tipos de agresiones en función de las dos metas más comunes perseguidas con este tipo de comportamientos: agresión afectiva u hostil y agresión instrumental. La primera se correspondería con las acciones cuyo fin último es provocar en daño. La segunda, que es la más frecuente, se caracteriza por ser una agresión dirigida a conseguir algún objetivo o un fin que no es el daño en sí mismo.
La agresión afectiva se considera impulsiva, dirigida por la ira y sin que previamente se hayan anticipado consecuencias más allá de la propia venganza. Este tipo de agresión suele ser reactiva. La agresión instrumental se realiza tras anticipar consecuencias reforzantes o para evitar castigos, se considera deliberada, racional y no guiada por la ira.
La agresión se puede caracterizar en función de diferentes parámetros; por ejemplo, la modalidad de respuesta (verbal o física), su visibilidad (abierta o encubierta), el tipo de daño que produce (físico o psicológico), la frecuencia con la que ocurre (puntual o repetida), la duración de sus consecuencias (transitorias o duraderas) o los agentes implicados (individual, interpersonal o grupos/colectivos).
Un término estrechamente relacionado con el de agresión es el de violencia. Concretamente, se plantea que la violencia consiste en infligir fuerza intensa a seres vivos o propiedades con el propósito de destruirlos, castigarlos o controlarlos, por tanto debe entenderse como un subtipo de agresión.

SUPUESTOS BASICOS DEL ANALISIS PSICOSOCIAL DE LA AGRESION

Dos son los supuestos de los que parte la Psicología Social en su estudio de la conducta agresiva. El primero de ellos es que el comportamiento agresivo es un comportamiento “normal”, que forma parte del repertorio de conductas habituales de las personas.
Las modernas teorías que propugnan el origen innato de la agresión son esenciales para interpretar su valor adaptativo para el individuo y para la propia especie. En este sentido, las tres perspectivas predominantes en su estudio son la psicología evolucionista, la etología y la sociobiologia.
Estas teorías, además, proponen ciertos mecanismos innatos que participan en el proceso de agresión. Dichos mecanismos proponen la existencia de una conexión cerebral cólera-miedo.
Por otro lado, las teorías del impulso y las teorías biológicas de la agresión incorporan en sus explicaciones los mecanismos motivacionales subyacentes a estos comportamientos. El primer tipo de teorías señalan el motivo de hacer daño, y el segundo, el motivo de satisfacción inmediata.
La perspectiva biológica ha propuesto otras teorías, es el caso de la hipótesis de los niveles de testosterona en sangre, según la cual la mayor frecuencia de agresiones por parte de los hombres que de las mujeres se podría explicar precisamente porque aquellos tienen niveles superiores de esta hormona. Por otro lado, el segundo supuesto de la Psicología Social en el estudio de la conducta agresiva afirma que la cultura regula el uso de la agresión en las relaciones interpersonales y sociales.
La importancia de la cultura en estos comportamientos se pone de manifiesto en numerosas investigaciones. Por ejemplo, el uso de la ironía se considera relativamente dañino en España, Polonia y EEUU, y muy agresivo en Japón e Irán. Por el contrario, el uso individual de la agresión para castigar a otros se considera muy adecuado en Japón e Irán y resulta inaceptable en España, polinia y EEUU.
Finalmente dentro de cada sociedad, la cultura no es completamente homogénea sino que coexisten distintos códigos o normas de violencia.

TEORIAS PSICOSOCIALES

TEORIA DEL APRENDIZAJE SOCIAL. APRENDIZAJE VICARIO
Propone que la agresión, al igual que el resto de las conductas del repertorio de comportamientos de las personas, se adquiere, mantiene y desarrolla según los principios del aprendizaje social.
El modelado permite a las personas aprender observando como se comportan otros. Bandura, Ross y Ross fueron pioneros en demostrar experimentalmente que el comportamiento agresivo se adquiere por aprendizaje social.
El aprendizaje vicario o por observación depende, además, de las características del modelo, de forma que el grado en el que el modelo y el observador son semejantes, la simpatía que despierta y estatus-poder que ostenta favorecen la imitación de su conducta. La intensidad o la cantidad de refuerzo que recibe el modelo alientan el aprendizaje y su imitación. Por el contrario, las conductas agresivas que no van seguidas de consecuencias o, incluso, son castigadas, reducen la frecuencia de la agresión por parte del observador, aunque no tanto como no haberlas observado.


TEORIA DE LA ESCALA DE VIOLENCIA
Es la dinámica que se genera cuando, una vez que se inician acciones agresivas o violentas, la parte afectada tiende a responder con violencia. La evidencia confirma que esta pauta de relación lleva a un intercambio de agresiones sucesivas que tienden a aumentar en frecuencia e intensidad.
La escalada de violencia puede iniciarse bien a partir de una agresión aislada que es seguida de una respuesta agresiva de mayor intensidad, y así sucesivamente, o bien a partir de repetidas acciones de exclusión social y de humillación hacia una de las partes, que finalmente son respondidas con una violencia de gran intensidad.

LA ESPIRAL DEL SILENCIO: LA AGRESION PÚBLICA Y SILENCIOSAMENTE TOLERADA
Es el proceso por el que la no intervención y el silencio de los observadores de agresiones o de actos violentos son interpretados como una señal de conformidad, de modo que lo que es solo opinión de una parte llega a ser considerado como una manifestación de aceptación generalizada.

ANTECEDENTES DE LA AGRESION. EVIDENCIA EMPIRICA


FACTORES PROCEDENTES DEL ENTORNO FISICO. ESTIMULOS FISICOS Y AMBIENTALES COMO ANTECEDENTES DE LA AGRESION
Los antecedentes físicos y ambientales relacionados con la agresión son de naturaleza aversiva. Entre ellos, los más estudiados son el ruido, la temperatura ambiental extrema, el hacinamiento (relación entre el nº de personas en un lugar y el espacio) y el dolor. Son varios los aspectos que tienen en común estos factores ambientales instigadores de agresión:
  1. No son sus características objetivas las que determinan su relación con la tendencia a agredir sino alguno de sus aspectos subjetivos.
  2. Los mecanismos propuestos para explicar las relaciones entre estos factores ambientales y la tendencia a agredir son similares.
Respecto al ruido se ha encontrado que:
  1. Es la imposibilidad de predecirlo y la falta de control sobre él lo que resulta más estresante (gritos golpes etc. etc.)
  2. El ruido continuado tiene un efecto acumulativo que mina la tolerancia a la frustración, lo que a su vez se relaciona con la tendencia a reaccionar de forma agresiva.

Si tenemos en cuenta el hacinamiento:
  1. Se comprueba que no es la densidad, sino la experiencia subjetiva displacentera asociado a la densidad, la variable que se asocia a la tendencia a agredir verbal o físicamente.
  2. Los resultados también sugieren que el hacinamiento afecta más a los hombres que a las mujeres
Respecto a la temperatura, la teoría de la ley térmica de la delincuencia predice una relación lineal entre temperatura y agresión.
  1. El estudio transcultural evidencio una tendencia curvilínea en la relación entre el clima y la violencia
  2. Los estudios de laboratorio con experimentos de agresión real muestran una relación no lineal. Los mayores niveles de agresión se producían en condiciones moderadas de afecto negativo. Cuando el afecto es escasamente aversivo o extremadamente aversivo, la tendencia a agredir disminuye.
Respecto al dolor (físico o moral), los resultados más destacados indican que:
  1. El dolor no solo se relaciona con la conducta agresiva sino que, cuando se tiene la oportunidad de dañar, genera un mayor deseo de hacer daño incluso a aquellos que no son causantes directos del dolor.
  2. El dolor provoca emociones negativas asociadas a la agresión, como la irritabilidad y cólera. Además, estas emociones son mayores cuando se anticipa a la persona que va a ser sometida a una experiencia dolorosa.
ANTECEDENTES MOTIVO-EMOCIONALES
La frustración como antecedente de la agresión
La hipótesis de la frustración-agresión, según autores, cualquier estímulo o acontecimiento que obstaculiza o bloquea la consecución de una meta genera frustración y esta frustración desencadenara inevitablemente una reacción agresiva.
Posteriormente, se sugiere que la frustración afecta a la agresión a través de la activación o arousal que provoca. En su segunda revisión, incorpora el afecto negativo como otro mecanismo por el que indirectamente la frustración puede desencadenar agresión.
Las emociones como antecedentes de la agresión
El modelo de cálculo emocional de la agresión, este mecanismo seria la conexión cerebral cólera-miedo. Según el modelo, la primera emoción estaría unida al ataque ofensivo y la segunda al ataque defensivo.
La propuesta original sugiere que la acción de este mecanismo se ve modulada por procesos cognitivos de distinto tipo que determinarán la manifestación de conductas agresivas o de huida.
Numerosos estudios han puesto de manifiesto que la cólera está estrechamente vinculada a la agresión afectiva o reactiva, ya que incide sobre alguno de los factores instigadores de la agresión. La cólera (o la ira) es una emoción intensa que se caracteriza por el deseo o la motivación para dañar y que puede instigar la agresión.
En términos generales se sugiere que, al igual que hay ciertas emociones que facilitan la agresión, existen otras, como la empatía, que inhiben la conducta agresiva. Concretamente, Feshbach, plantea que observar las señales de malestar de victimas de agresión provoca malestar emocional empático en el observador, lo que a su vez, inhibirá las posteriores respuestas agresivas y facilitara las conductas de ayuda hacia otras víctimas.
ANTECEDENTES SOCIO-MOTIVACIONALES
Ataque interpersonal
Es el instigador más potente de la agresión. Incluye una diversidad de estímulos que provienen de otras personas en forma de insultos, menosprecio y otras formas de agresión verbal y física. La agresión no es una simple reacción fruto de una secuencia estímulo-respuesta (ataque-agresión) sino que en todos los casos pone de manifiesto la presencia de variables intermedias y moduladoras de tal relación.
La exclusión social
Se refiere a la negación de derechos sociales y de oportunidades fundamentales. La exclusión constituye un conjunto de procesos sociales, tales como el ostracismo (exclusión total de una persona en sociedad, rechazo social), la marginación, el rechazo, la descalificación, la denigración, la estigmatización e incluso actos de violencia, y de situaciones que resultan de estos procesos.
Hay tres contextos públicos en los que la exclusión adquiere dimensiones propias: el contexto laboral (mobbing), el contexto escolar (bulling) y la que ejerce la sociedad en su conjunto.
Primero la exclusión solo es posible en virtud de la participación del resto de los miembros integrados de la comunidad. Segundo, la naturaleza social de la agresión se pone de manifiesto cuando se observa que la situación de exclusión de las victimas genera respuestas de evitación por parte del resto de los miembros de la comunidad. El temor a convertirse, a su vez, en victimas de ostracismo alienta en ellos respuestas y/o pasivas de rechazo y devaluación.
Por otra parte, la exclusión se ha relacionado con los conflictos gestionados de forma destructiva y con las agresiones extremas. Los estudios analizan los antecedentes que precedieron a asesinatos masivos cometidos en distintos centros escolares. Esta situación de exclusión había generado en los agresores sentimientos duraderos de humillación e injusticia que habían sido definidos en el deseo de vengarse y de acabar con sus propias vidas.
La violación de normas
Las normas tienen una cualidad moral prescriptiva. Su incumplimiento suscita un deseo de reparación de tal injusticia. Se ha propuesto que las normas cumplen varias funciones para los miembros del grupo o la comunidad. La primera es crear unas condiciones predecibles y controlables que les permitan cooperar entre si en lugar de luchar y competir. Una segunda función es al de describir la realidad aportando información acerca de cómo deben ser las cosas, de lo que es aceptado y no aceptado, de lo que será castigado o premiado y como.
La evidencia empírica confirma que la violación de normas genera sentimiento de ira, agresión y deseos de reparación de la injusticia. No obstante, la vulneración de una norma y la consecuente percepción de injusticia no provocaran reacciones agresivas si se juzga que tal infracción está justificada.

MECANISMOS IMPLICADOS EN EL PROCESO DE AGRESION

LA ACTIVACION COMO INTENSIFICADOR DE LA AGRESION AFECTIVA
La frustración, el ruido, el hacinamiento y otros, aportan activación o energía para la acción y que, en este estado de activación, la conducta resultante será agresiva solo si la persona esta predispuesta a actuar de esta forma frente a otras alternativas de conducta.
El estudio de Chrity confirma el efecto de la activación en la conducta agresiva, ya que no se encontraron diferencias entre los grupos que al competir resultaron vencedores o vencidos, sino que entre los que tuvieron que competir y los que no compitieron. Es decir, el mecanismo diferencial fue la simple activación derivada de la competición.
TRANSFERENCIA DE LA ACTIVACION Y COLERA
La expresión transferencia de la excitación, aplicado a la agresión, sugiere que la energía producida por un estimulo inicialmente irrelevante para la agresión puede añadirse al aruosal elicitado por otro estimulo, próximo en el tiempo, que si es relevante para la agresión. Es decir, la tendencia a vengarse era mayor cuanto más fuerte había sido la provocación. Además, el tiempo de demora de la venganza debía ser tal que la excitación no se hubiera extinguido.
COGNICION Y EMOCION EN LA TRANSFERENCIA DE EXCITACIÓN
El etiquetaje cognitivo
El estudio de los mecanismos cognitivos y emocionales sugieren que ante una provocación que desencadena enojo o ira en la persona, ante una segunda fuente de excitación, la transferencia se producirá solo si los mecanismos cognitivos y/o emocionales confirman la pertenencia de esta conducta o, dicho de otra forma, si las cogniciones que acompañan a tal activación son relevantes para la agresión. La teoría del etiquetaje cognitivo sugiere que ante un estado de activación serán las cogniciones disponibles las que etiquetaran la emoción como relevante para la agresión o no. En estas condiciones, si la persona atribuye la excitación a la provocación, la activación será etiquetada como cólera. Si la persona atribuye la excitación a una causa no relevante para la agresión, será menos probable que la excitación se etiquete como cólera.
La cólera en la transferencia de excitación
Algunos autores plantean que la propia emoción de cólera actúa como fuente de información que guía el procesamiento cognitivo de la información.
Por último, algunos autores consideran la cólera como una respuesta emocional que se expresa física cognitiva y comportamentalmente, y que todo ello se desencadena por mecanismos puramente asociativos. Estos autores, por tanto, consideran el efecto del condicionamiento clásico.
EL MOTIVO DE VENGANZA
Los pensamientos rumiativos y la idea de vengarse van acompañados de una sobrecarga emocional que activa los aspectos relevantes para la agresión. Este estado es el que hace que la persona este orientada a conseguir el reconocimiento o la compensación que “se merece”. Como consecuencia, la percepción de lo ocurrido y el procesamiento de la información relacionada con el conflicto se asocian al deseo de vengarse del provocador. El motivo de venganza es la consecuencia de que el preceptor: 1) experimente ira, 2) atribuya responsabilidad y/o intencionalidad al provocador y 3) crea que el acto de venganza es posible y está pendiente.
MECANISMOS COGNITIVO-MOTIVACIONALES
  • CREENCIA EN UN MUNDO HOSTIL
  • CREENCIA EN UN MUNDO JUSTO
  • CREENCIAS NORMATIVAS O NORMAS SOCIALES
  • ESQUEMAS PROCEDIMENTALES
  • CONSIDERACION DE LAS CONSECUENCIAS FUTURAS
MECANSIMOS GRUPALES INSTIGADORES DE LA AGRESION
Las relaciones entre grupos son, con frecuencia, conflictivas. No obstante, está determinada por la tendencia de ciertos grupos a considerar la agresión y la violencia como una alternativa en sus interacciones cotidianas.
Dinámica intragrupales de agresión
La agresión puede ejercerse entre los miembros del propio grupo (agresión intragrupal) o bien en las relaciones con otro u otros grupos (agresión intergrupal). Los factores intragrupales relevantes para la agresión son, con frecuencia, de dos tipos. Por un lado, los relacionados con la adquisición de liderazgo. Y, por otro, aquellos que surgen cuando el propio grupo o los lideres se sienten amenazados, bien por agentes externos, bien por conflictos internos que amenazan la posición de poder de los lideres ya establecidos.
Se ha constatado que el desarrollo de grupos potencialmente hostiles y agresivos es más probable en situaciones de crisis política, identitaria y social. En este tipo de grupos, el recurso a la violencia hacia el exterior o la propia autoinmolación parece ser consecuencia de las relaciones sociales que se han ido generando y que, en un momento dado, llevan al líder del grupo a decidir que la acción colectiva violenta, incluida la autoinmolación, es deseable o inevitable. La ruptura con el exterior, conseguida directamente mediante el aislamiento físico del grupo, o mediante la ruptura de vínculos ajenos al grupo, posibilitan el desarrollo de comunidades cerradas.
En estos casos, los grupos se organizan de forma autocrática, con una fuerte estructura jerárquica en la que los procesos de influencia social, tales como la presión hacia la uniformidad, la obediencia a la autoridad, los procesos de desvinculación dentro del grupo, la imitación y la sugestión y los procesos de validación social actuaran como formas de presión intragrupal para lograr mayor identificación, cohesión y aceptación de las normas agresivas del grupo. La diferencia entre unos grupos y otros es el grado en que llegan a incapacitar a sus miembros para desarrollarse fuera del grupo o para establecer relaciones intergrupales no destructivas.
Dinámicas intergrupales de agresión
Desde la teoría realista del conflicto se ha señalado que las relaciones entre grupos marcadas por la competición del tipo “suma-cero”, por los recursos valorados y escasos, desencadenan con mayor facilidad el rechazo, la hostilidad y la discriminación intergrupal.
La teoría de la identidad social predice que los mecanismos que sirven para producir cohesión grupal pueden, en determinadas condiciones, actuar como instrumentos de exclusión y agresión intergrupal. De esta forma, el favoritismo endogrupal no solo se manifestaría en la tendencia a favorecer a los miembros del propio grupo frente a los no miembros, sino que podría desencadenar manifestaciones más agresivas de rechazo social hacia los no miembros. La primera de estas tendencias puede ser consecuencia de la simple categorización social; la segunda, de la perdida de cohesión interna o de la percepción de amenaza a la identidad social del propio grupo.
La teoría de la comparación social algunas de las principales aportaciones desde esta perspectiva consisten en haber señalado el papel que pueden tener los sentimientos de ilegitimidad, injusticia y frustración en las manifestaciones de violencia. Los procesos de comparación sirven para predecir agresión societal cuando los miembros de una sociedad experimentan un desequilibrio entre sus necesidades o expectativas de metas y lo que consiguen. La agresión societal se manifiesta cuando se desencadena frustración sistemática, descontento que produce ese desequilibrio y puede llevar a la violencia sociopolítica. La privación relativa son las revueltas sociales que surgen cuando los miembros de una sociedad culpan al sistema político del desajuste entre bienestar que habían esperado y el bienestar alcanzado. Son los procesos de comparación los que están en la base del desarrollo de una identidad social inadecuada.

FACTORES PSICOSOCIALES DE RIESGO

Con frecuencia, se identifica una constelación de factores instigadores de agresión que confluyen sobre una misma persona. Este tipo de situaciones somete a las personas a experiencias vitales relevantes para la agresión, pudiendo hablar de la existencia de auténticos factores psicosociales de riesgo o síndromes de violencia.
Algunos de los factores que con mayor frecuencia confluyen se derivan de las primeras experiencias con la familia, por ejemplo, la incapacidad de los padres para desarrollar vínculos afectivos seguros con sus hijos o la exposición a patrones de socialización en la familia que carecen de autoridad, es decir, que desarrollan un estilo frio y simultáneamente no demandante o laxo. Es frecuente que los niños que conviven con la violencia padezcan simultáneamente otras adversidades, como son pobreza, malnutrición, hacinamiento, abuso de sustancias, falta de cuidados médicos, desempleo de los padres, psicopatología familiar, desorganización, inestabilidad familiar y ausencia de estimulación cognitiva.
LA EXPERIENCIA DE VIOLENCIA
La experiencia directa de violencia
En primer lugar, por los efectos sobre su desarrollo emocional y psicosocial. Estas experiencias inciden en la manifestación de desórdenes conductuales y emocionales, y afectan a su visión del mundo y de sí mismo, a sus ideas acerca del significado y el propósito de la vida, a sus expectativas de felicidad futura y a su desarrollo moral.
En segundo lugar, un ambiente violento, sea en la propia familia, o el que se vive en la comunidad o barrio del niño, compromete la capacidad de los padres para satisfacer las necesidades de cuidado y apoyo, bien porque sean los propios padres los agresores o víctimas, bien porque la violencia en la comunidad les lleve a sentirse atemorizados e indefensos.
Los niños que han sido agredidos físicamente por sus padres, asaltan y agreden más a los cuidadores y a sus iguales que los niños abusados sexualmente o los niños rechazados o no abusados.
La experiencia indirecta de la violencia. La agresión observada en los medios de comunicación.
Algunos estudios revelan que más del 40% de los niños entre 6 y 10 años que se exponían con gran frecuencia a la violencia televisada, 15 años después habían delinquido o cometido actos violentos.
Existe cierto consenso por el que se considera que los mass media no solo son producto de la vida social que como tal reflejan la realidad, sino que actúan sobre ella, promoviendo y difundiendo aspectos que regulan la vida de las personas y sus visiones del mundo.
Es claro en este sentido, que el modelado, la imitación y el aprendizaje operante son herramientas útiles para explicar que la violencia presentada en los medios de comunicación puede promover el aprendizaje de comportamientos agresivos concretos y su puesta en práctica.Numerosos estudios han puesto de manifiesto que estos efectos se reduciran sustancialmente en función de la situación que rodea la exposición y en función del marco cultural en que se produzcan. En definitiva, los medios de comunicación pueden, en determinadas ocasiones, fomentar la violencia y las normas, valores y actitudes que la sustentan. Por otro lado, se ha puesto de manifiesto que esta forma de exponerse a la violencia afectara en mayor medida si el contexto y las características de la cultura promueven el uso de la violencia y la imitación de las conductas presentadas.

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