TEMA 2
INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN Y LA CULTURA EN LA MENTE Y LA CONDUCTA SOCIAL
LA INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN
Los seres humanos somos
una especie animal que procede de un tronco común con todas las
demás y ha evolucionado a partir de formas anteriores debido a un
proceso de selección natural (Darwin). El principio de
continuidad evolutiva es tan importante como malinterpretado.
Darwin tenía muy claro
que el medio puede experimentar cambios imprevisibles (no lineales)
que exigen procesos y capacidades nuevos para hacerle frente. En el
caso humano gran parte de esos cambios son desde miles de años
provocados por nosotros mismos.
¿POR QUÉ HA
EVOLUCIONADO EL CEREBRO HUMANO DE LA FORMA EN QUE LO HA HECHO?
El neocortex es la zona
de nuestro cerebro que aparece más desarrollada, es la encargada de
las funciones cognitivas complejas. Se han propuesto 2 hipótesis
para explicar la evolución del cerebro humano:
- La necesidad de hacer frente a las exigencias del medio físico, y
- La necesidad de manejar relaciones sociales cada vez más complejas y de coordinarse con otros.
La primera
hipótesis, basada en la inteligencia ecológica defiende que
fue la necesidad de resolver problemas técnicos como buscar
alimentos, anticiparse a sus presas y a sus enemigos, y explorar
nuevos territorios, lo que provocó el aumento del cerebro para poder
mantener mapas mentales y desarrollar nuevas técnicas.
La segunda
hipótesis, basada en la inteligencia social, sostiene que la
principal función de la inteligencia en nuestros ancestros era la
solución de problemas sociales, en concreto, mantener al grupo
unido. La razón es que dentro del grupo los individuos podían
adquirir las técnicas necesarias para su subsistencia por
aprendizaje social.
Dunbar ha formulado la
hipótesis del cerebro social, el neocortex marca el límite de la
capacidad de procesamiento de información, lo que a su vez limita el
número de relaciones sociales que podemos manejar a la vez.
¿QUIÉN
ES MÁS APTO? ¿EL QUE MEJOR COMPITE O EL QUE MEJOR SE COORDINA CON
OTROS?
La correlación entre el
tamaño relativo del neocortex y la complejidad de las relaciones
sociales apoya, la hipótesis de la inteligencia social, de la que
derivó la anterior, que concede igual importancia a la manipulación
y a la cooperación. (INSTINTO ANIMAL). Existen dos vías por las que
esa búsqueda del beneficio individual se extiende hacia el beneficio
de otros, en concreto la ayuda a los parientes y el altruismo
recíproco, pero ambos siguen siendo medios indirectos para propiciar
el éxito reproductivo del individuo. En el primer caso porque los
parientes comparten genes con él y en el segundo porque la
devolución del favor es patente.
LA
NATURALEZA DUAL DE LAS TENDENCIAS SOCIALES HUMANAS.
- Realizamos acciones a favor de los demás por mero altruismo, y ayudamos por reprocidad, reaccionamos con agresividad cuando se nos provoca, incluso llegamos a la agresión.
- Necesitamos ser aceptados por los demás, pero también rechazamos a otros, incluso los condenamos al ostracismo.
- Tendemos a favorecer a nuestro grupo y a discriminar a otros.
- Intentamos influenciar a otros y también nos dejamos influir.
- La empatía puede inhibir la agresión y puede facilitar la manipulación.
LA
INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN EN LOS PROCESOS PSICOSOCIALES
Para poder adaptarse a la
vida en grupo se necesita alguna motivación. Susan Fiske propone
cinco motivos sociales universales:
- Pertenencia
- Comprensión. (Saber, conocer, entender y predecir la realidad)
- Control. Entre lo que hacemos y lo que conseguimos.
- Potenciación personal. Necesidad de sentirnos especiales como individuos y miembros del grupo.
- Confianza.
Sin
embargo, dado que la psicología social estudia los procesos desde un
punto de vista sincrónico, es conveniente tener en cuenta que su
origen se remonta a etapas muy anteriores en nuestra historia
evolutiva.
¿ANIMAL
SOCIAL O ANIMAL CULTURAL?
EL
planteamiento de Baumeister supone una solución razonable al debate
<<naturaleza/cultura>>, que enfrenta ambos fenómenos
como si fueran alternativos en cuanto a su influencia en la mente y
conducta humana. Al considerar la capacidad para la cultura como
parte de la naturaleza humana, la incompatibilidad desaparece, y es
sustituida por una influencia conjunta.
El
razonamiento de Baumeister comienza con la constatación de un hecho
empírico: el cerebro humano constituye sólo el 2% de la masa
corporal, pero consume un 20% de las calorías que ingiere una
persona media, es decir, se trata de un órgano tremendamente costoso
de mantener. Esa es probablemente la razón por la que otras
especies no tienen un desarrollo cerebral mayor. Puesto que la
selección natural eliminaría cualquier rasgo que perjudicara la
supervivencia y la reproducción. (PAPA CERDOS) La conclusión de
Baumeister es que, si el cerebro humano se ha desarrollado tanto como
para permitir capacidades cognitivas sofisticadas y cultura ha sido
porque esas capacidades y esa cultura han resultado biológicamente
rentables, es decir, favorecían la supervivencia y la reproducción
de los individuos.
¿Qué
ventajas ofrece la cultura? Una es la posibilidad de un progreso
acumulativo (papa: comienzo de la historia y la cultura junto con
el sedentarismo). Otra ventaja de la cultura es la división del
trabajo, la diferenciación de roles y la especialización, con la
consiguiente mejora del rendimiento y de la calidad.
LA INFLUENCIA DE LA CULTURA
(DEPENDENCIA DE LA CUTURA COMO MÉTODO
DE SUPERVIVENCIA)
LA CULTURA COMO
ESTRATEGIA DE ADAPTACIÓN AL MEDIO
En su revisión de las
relaciones entre psicología y cultura. Harry señala tres aspectos
en los que coinciden casi todos los investigadores:
- La cultura surge de la interacción de ser humano con el medio ambiente tanto físico como social.
- Consiste en elementos compartidos
- Es transmitida de unos a otros.
La cultura podría
definirse como “el patrón de prácticas y significados
compartidos y transmitidos que interactúan entre sí influyendo en
las respuestas de un grupo humano a su ambiente durante
generaciones”. Cada ambiente introduce problemas diferentes que
el ser humano debe solucionar con el fin de poder sobrevivir y
permanecer en él. Los grupos crean soluciones a los problemas
propuestos por los diferentes ambientes y estas soluciones forman la
base de la cultura.
ESPECIFICIDAD DE LA
CULTURA HUMANA
Todos los animales
necesitan adaptarse al medio ambiente para sobrevivir. Por tanto,
todas las especies, al menos las sociales, podrían desarrollar una
cultura como estrategia para afrontar las demandas del ambiente. De
hecho, en varias especies, sobre todo de primates, se ha documentado
la existencia de formas culturales rudimentarias. (Puede
consultarse una exposición en el capítulo de Serrallonga “las
áreas culturales del chimpancé”).
Por tanto no somos la
única especie con capacidad para la cultura, ni para conformarse a
las normas culturales. Sin embargo, las culturas del ser humano son
diferentes a las de los demás animales, y estas diferencias se deben
principalmente a una serie de habilidades cognitivas que en nuestra
especie ha evolucionado en una dirección distinta. Por ejemplo, el
lenguaje verbal. Otra habilidad humana consiste en innovar
continuamente mejorando lo existente “efecto trinquete”.
Además de la tecnología
la vida social humana también se ha ido haciendo mucho más
compleja. Ahora no pertenecemos a un solo grupo, sino a varios, cada
uno con sus objetivos y su dinámica. Esto hace que nuestra red de
relaciones se diversifique y complique. Precisamente, una de las
funciones de la cultura humana es ayudarnos a manejar esa
complejidad, institucionalizando muchos tipos de relaciones y de
comportamientos, organizándolos mediante normas consensuadas y
reparto de roles y dando significado al contexto en el que nos
movemos. En función de los recursos disponibles, de la densidad de
población o de las características climatológicas, en cada
contexto será necesario aplicar soluciones diferentes. Estas
diferencias pueden ser observadas en dos aspectos: los elementos
objetivos o explícitos de la cultura como la ropa, utensilios,
costumbres o rituales, y los elementos subjetivos o implícitos como
la forma de expresarnos, de percibir a los demás e interactuar con
ellos. Aquí entrarían en juego los aspectos psicológicos y las
dimensiones de variabilidad cultural.
DIMENSIONES DE
VARIABILIDAD CULTURAL
Tenemos la tendencia a
ver nuestra cultura como algo <<natural>>. Por eso no es
de extrañar que cuando viajamos a otros países estemos
desorientados, como perdidos al vernos envueltos en otras costumbres.
¿Por qué ciertas conductas que en principio son universales
presentan una serie de matices distintos que nos hacen cuestionar si
nuestro comportamiento es adecuado o no?
El enfoque que más
influencia tiene entre los psicólogos es el que trata de identificar
y describir las culturas situándolas en una serie de dimensiones que
permitan medirlas y compararlas entre sí. Geert fue pionero en al
identificación de dimensiones culturales. En concreto, distingue
cuatro constructos: individualismo-colectivismo, distancia
jerárquica, masculinidad-feminidad y evitación de la incertidumbre.
Estas dimensiones se corresponden con los problemas planteados por el
medio social y físico que deben afrontar los seres humanos. Las
culturas se diferenciarían en cuanto a la forma de responder a
dichos problemas universales.
Individualismo-colectivismo
Hofstede propone una
dimensión que trata de reflejar el grado de gregarismo (vida en
grupo) y la relación entre el individuo y el grupo en las distintas
culturas. Según los datos de Hofstede, por lo general, las culturas
industrializadas de occidente valoran el individualismo, mientras que
las culturas asiáticas y los países latinoamericanos otorgan mayor
valor al colectivismo. Entre los individualistas es frecuente el
sesgo de egocentrismo: los éxitos se explican por causas internas
estables y los malos resultados por causas externas inestable. Sin
embargo, los colectivistas suelen incurrir en el sesgo de la
modestia, es decir atribuyen sus buenos resultados a causas externas
y los fracasos a causas internas.
LA INFLUENCIA DE LA
EVOLUCIÓN Y LA CULTURA EN LA INTERPRETACIÓN DEL CONTEXTO
Vivimos en una sucesión
de contextos diferentes, tendemos a atribuir significados a estos
contextos. Esta atribución es la base de la conducta normativa, que
vendría a ser el comportamiento que en cada cultura se espera que
las personas realicen cuando se enfrentan a un determinado problema o
situación. Se trata de un claro ejemplo de la influencia implícita.
Es probable que algunos
contextos evoquen respuestas similares en todos los individuos,
independientemente de la cultura a la que pertenecen, pero también
es probable que se evoquen acciones que reflejen las diferencias
culturales. Por tanto el contexto está compuesto por multitud de
factores, tanto sociales, como culturales y situacionales.
Las interacciones
Existen dos mecanismos
principales para regular la interacción entre personas y entre
grupos y conseguir el equilibrio entre esferas públicas y sociales e
individuales o privadas:
La territorialidad
se ha definido como <<un patrón de conductas y actitudes
sostenido por una persona o grupo, basado en la idea de control
percibido, intencionado o real, de un espacio físico definible, un
objeto o una idea, y que puede conllevar su señalización, su
defensa, su ocupación y su personalización.>> Que en el caso
humano adquiere un significado simbólico.
El espacio personal
es la zona que rodea a la persona y cuya invasión provoca malestar.
Cambia según la persona, situación y cultura. Se definen cuatro
tipos de distancia interpersonal: íntima, personal, social y
pública. Un aspecto de la interacción con otros es la
diferenciación entre endogrupo y exogrupo. Las culturas
individualistas favorecen la pertenencia del individuo a más
endogrupos y un menor apego a cada uno de ellos lo que se traduce en
una menor conformidad, menos confianza en la identificación con el
grupo y menos diferenciación entre endogrupos y exogrupos. Sin
embargo las culturas colectivistas favorecen la pertenencia a pocos
endogrupos y un mayor compromiso con el grupo al que pertenece,
fomentándose la armonía y la cohesión. Todos los grupos sociales
requieren algún tipo de jerarquía para funcionar eficazmente.
La situación
El efecto controlador de
las situaciones públicas puede deberse a la representación
cognitiva de que los otros tienen conocimiento de lo que hacemos y
pueden hacer atribuciones causales y juicios sobre nosotros o nuestro
grupo, así como efectos sobre sus relaciones en el futuro. Por tanto
no es la situación objetiva la que influye en nuestra forma de
pensar, sentir y actuar, sino la interpretación que hacemos de ella.
Otra de las dimensiones de comparación cultural es la evitación de
la incertidumbre. En sociedades con alta evitación de la
incertidumbre se busca la seguridad mediante la aplicación de un
gran número de normas que regulen el comportamiento de forma
estricta. Por el contrario, las culturas con baja evitación de la
incertidumbre son mucho más permisivas en este sentido.
RELACIONES ENTRE
EVOLUCIÓN Y CUTURA: UNIVERSALIDAD Y DIVERSIDAD
La cultura
no sería posible sin una serie de capacidades psicológicas que los
seres humanos, y algunas otras especies, poseemos, como la imitación
y la comunicación. Pero hacen falta también mecanismos que elaboren
y seleccionen los contenidos y que permitan difundirlos entre los
miembros de una sociedad y transmitirlos de generación en
generación.
Según los
psicólogos sociales que adoptan un enfoque evolucionista, estas
capacidades y mecanismos que hacen posible la cultura han
evolucionado debido a los beneficios que reportaban a los individuos
de cara a su supervivencia y reproducción a través de la actividad
grupal coordinada.
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