jueves, 20 de septiembre de 2012

tema 2 psicologia social


TEMA 2

INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN Y LA CULTURA EN LA MENTE Y LA CONDUCTA SOCIAL


LA INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN

Los seres humanos somos una especie animal que procede de un tronco común con todas las demás y ha evolucionado a partir de formas anteriores debido a un proceso de selección natural (Darwin). El principio de continuidad evolutiva es tan importante como malinterpretado.
Darwin tenía muy claro que el medio puede experimentar cambios imprevisibles (no lineales) que exigen procesos y capacidades nuevos para hacerle frente. En el caso humano gran parte de esos cambios son desde miles de años provocados por nosotros mismos.
¿POR QUÉ HA EVOLUCIONADO EL CEREBRO HUMANO DE LA FORMA EN QUE LO HA HECHO?
El neocortex es la zona de nuestro cerebro que aparece más desarrollada, es la encargada de las funciones cognitivas complejas. Se han propuesto 2 hipótesis para explicar la evolución del cerebro humano:
  1. La necesidad de hacer frente a las exigencias del medio físico, y
  2. La necesidad de manejar relaciones sociales cada vez más complejas y de coordinarse con otros.
La primera hipótesis, basada en la inteligencia ecológica defiende que fue la necesidad de resolver problemas técnicos como buscar alimentos, anticiparse a sus presas y a sus enemigos, y explorar nuevos territorios, lo que provocó el aumento del cerebro para poder mantener mapas mentales y desarrollar nuevas técnicas.
La segunda hipótesis, basada en la inteligencia social, sostiene que la principal función de la inteligencia en nuestros ancestros era la solución de problemas sociales, en concreto, mantener al grupo unido. La razón es que dentro del grupo los individuos podían adquirir las técnicas necesarias para su subsistencia por aprendizaje social.
Dunbar ha formulado la hipótesis del cerebro social, el neocortex marca el límite de la capacidad de procesamiento de información, lo que a su vez limita el número de relaciones sociales que podemos manejar a la vez.
¿QUIÉN ES MÁS APTO? ¿EL QUE MEJOR COMPITE O EL QUE MEJOR SE COORDINA CON OTROS?
La correlación entre el tamaño relativo del neocortex y la complejidad de las relaciones sociales apoya, la hipótesis de la inteligencia social, de la que derivó la anterior, que concede igual importancia a la manipulación y a la cooperación. (INSTINTO ANIMAL). Existen dos vías por las que esa búsqueda del beneficio individual se extiende hacia el beneficio de otros, en concreto la ayuda a los parientes y el altruismo recíproco, pero ambos siguen siendo medios indirectos para propiciar el éxito reproductivo del individuo. En el primer caso porque los parientes comparten genes con él y en el segundo porque la devolución del favor es patente.
LA NATURALEZA DUAL DE LAS TENDENCIAS SOCIALES HUMANAS.
  • Realizamos acciones a favor de los demás por mero altruismo, y ayudamos por reprocidad, reaccionamos con agresividad cuando se nos provoca, incluso llegamos a la agresión.
  • Necesitamos ser aceptados por los demás, pero también rechazamos a otros, incluso los condenamos al ostracismo.
  • Tendemos a favorecer a nuestro grupo y a discriminar a otros.
  • Intentamos influenciar a otros y también nos dejamos influir.
  • La empatía puede inhibir la agresión y puede facilitar la manipulación.
LA INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN EN LOS PROCESOS PSICOSOCIALES
Para poder adaptarse a la vida en grupo se necesita alguna motivación. Susan Fiske propone cinco motivos sociales universales:
  1. Pertenencia
  2. Comprensión. (Saber, conocer, entender y predecir la realidad)
  3. Control. Entre lo que hacemos y lo que conseguimos.
  4. Potenciación personal. Necesidad de sentirnos especiales como individuos y miembros del grupo.
  5. Confianza.
Sin embargo, dado que la psicología social estudia los procesos desde un punto de vista sincrónico, es conveniente tener en cuenta que su origen se remonta a etapas muy anteriores en nuestra historia evolutiva.
¿ANIMAL SOCIAL O ANIMAL CULTURAL?
EL planteamiento de Baumeister supone una solución razonable al debate <<naturaleza/cultura>>, que enfrenta ambos fenómenos como si fueran alternativos en cuanto a su influencia en la mente y conducta humana. Al considerar la capacidad para la cultura como parte de la naturaleza humana, la incompatibilidad desaparece, y es sustituida por una influencia conjunta.
El razonamiento de Baumeister comienza con la constatación de un hecho empírico: el cerebro humano constituye sólo el 2% de la masa corporal, pero consume un 20% de las calorías que ingiere una persona media, es decir, se trata de un órgano tremendamente costoso de mantener. Esa es probablemente la razón por la que otras especies no tienen un desarrollo cerebral mayor. Puesto que la selección natural eliminaría cualquier rasgo que perjudicara la supervivencia y la reproducción. (PAPA CERDOS) La conclusión de Baumeister es que, si el cerebro humano se ha desarrollado tanto como para permitir capacidades cognitivas sofisticadas y cultura ha sido porque esas capacidades y esa cultura han resultado biológicamente rentables, es decir, favorecían la supervivencia y la reproducción de los individuos.
¿Qué ventajas ofrece la cultura? Una es la posibilidad de un progreso acumulativo (papa: comienzo de la historia y la cultura junto con el sedentarismo). Otra ventaja de la cultura es la división del trabajo, la diferenciación de roles y la especialización, con la consiguiente mejora del rendimiento y de la calidad.

LA INFLUENCIA DE LA CULTURA

(DEPENDENCIA DE LA CUTURA COMO MÉTODO DE SUPERVIVENCIA)
LA CULTURA COMO ESTRATEGIA DE ADAPTACIÓN AL MEDIO
En su revisión de las relaciones entre psicología y cultura. Harry señala tres aspectos en los que coinciden casi todos los investigadores:
  1. La cultura surge de la interacción de ser humano con el medio ambiente tanto físico como social.
  2. Consiste en elementos compartidos
  3. Es transmitida de unos a otros.
La cultura podría definirse como “el patrón de prácticas y significados compartidos y transmitidos que interactúan entre sí influyendo en las respuestas de un grupo humano a su ambiente durante generaciones”. Cada ambiente introduce problemas diferentes que el ser humano debe solucionar con el fin de poder sobrevivir y permanecer en él. Los grupos crean soluciones a los problemas propuestos por los diferentes ambientes y estas soluciones forman la base de la cultura.
ESPECIFICIDAD DE LA CULTURA HUMANA
Todos los animales necesitan adaptarse al medio ambiente para sobrevivir. Por tanto, todas las especies, al menos las sociales, podrían desarrollar una cultura como estrategia para afrontar las demandas del ambiente. De hecho, en varias especies, sobre todo de primates, se ha documentado la existencia de formas culturales rudimentarias. (Puede consultarse una exposición en el capítulo de Serrallonga “las áreas culturales del chimpancé”).
Por tanto no somos la única especie con capacidad para la cultura, ni para conformarse a las normas culturales. Sin embargo, las culturas del ser humano son diferentes a las de los demás animales, y estas diferencias se deben principalmente a una serie de habilidades cognitivas que en nuestra especie ha evolucionado en una dirección distinta. Por ejemplo, el lenguaje verbal. Otra habilidad humana consiste en innovar continuamente mejorando lo existente “efecto trinquete”.
Además de la tecnología la vida social humana también se ha ido haciendo mucho más compleja. Ahora no pertenecemos a un solo grupo, sino a varios, cada uno con sus objetivos y su dinámica. Esto hace que nuestra red de relaciones se diversifique y complique. Precisamente, una de las funciones de la cultura humana es ayudarnos a manejar esa complejidad, institucionalizando muchos tipos de relaciones y de comportamientos, organizándolos mediante normas consensuadas y reparto de roles y dando significado al contexto en el que nos movemos. En función de los recursos disponibles, de la densidad de población o de las características climatológicas, en cada contexto será necesario aplicar soluciones diferentes. Estas diferencias pueden ser observadas en dos aspectos: los elementos objetivos o explícitos de la cultura como la ropa, utensilios, costumbres o rituales, y los elementos subjetivos o implícitos como la forma de expresarnos, de percibir a los demás e interactuar con ellos. Aquí entrarían en juego los aspectos psicológicos y las dimensiones de variabilidad cultural.
DIMENSIONES DE VARIABILIDAD CULTURAL
Tenemos la tendencia a ver nuestra cultura como algo <<natural>>. Por eso no es de extrañar que cuando viajamos a otros países estemos desorientados, como perdidos al vernos envueltos en otras costumbres. ¿Por qué ciertas conductas que en principio son universales presentan una serie de matices distintos que nos hacen cuestionar si nuestro comportamiento es adecuado o no?
El enfoque que más influencia tiene entre los psicólogos es el que trata de identificar y describir las culturas situándolas en una serie de dimensiones que permitan medirlas y compararlas entre sí. Geert fue pionero en al identificación de dimensiones culturales. En concreto, distingue cuatro constructos: individualismo-colectivismo, distancia jerárquica, masculinidad-feminidad y evitación de la incertidumbre. Estas dimensiones se corresponden con los problemas planteados por el medio social y físico que deben afrontar los seres humanos. Las culturas se diferenciarían en cuanto a la forma de responder a dichos problemas universales.
Individualismo-colectivismo
Hofstede propone una dimensión que trata de reflejar el grado de gregarismo (vida en grupo) y la relación entre el individuo y el grupo en las distintas culturas. Según los datos de Hofstede, por lo general, las culturas industrializadas de occidente valoran el individualismo, mientras que las culturas asiáticas y los países latinoamericanos otorgan mayor valor al colectivismo. Entre los individualistas es frecuente el sesgo de egocentrismo: los éxitos se explican por causas internas estables y los malos resultados por causas externas inestable. Sin embargo, los colectivistas suelen incurrir en el sesgo de la modestia, es decir atribuyen sus buenos resultados a causas externas y los fracasos a causas internas.
LA INFLUENCIA DE LA EVOLUCIÓN Y LA CULTURA EN LA INTERPRETACIÓN DEL CONTEXTO
Vivimos en una sucesión de contextos diferentes, tendemos a atribuir significados a estos contextos. Esta atribución es la base de la conducta normativa, que vendría a ser el comportamiento que en cada cultura se espera que las personas realicen cuando se enfrentan a un determinado problema o situación. Se trata de un claro ejemplo de la influencia implícita.
Es probable que algunos contextos evoquen respuestas similares en todos los individuos, independientemente de la cultura a la que pertenecen, pero también es probable que se evoquen acciones que reflejen las diferencias culturales. Por tanto el contexto está compuesto por multitud de factores, tanto sociales, como culturales y situacionales.
Las interacciones
Existen dos mecanismos principales para regular la interacción entre personas y entre grupos y conseguir el equilibrio entre esferas públicas y sociales e individuales o privadas:
La territorialidad se ha definido como <<un patrón de conductas y actitudes sostenido por una persona o grupo, basado en la idea de control percibido, intencionado o real, de un espacio físico definible, un objeto o una idea, y que puede conllevar su señalización, su defensa, su ocupación y su personalización.>> Que en el caso humano adquiere un significado simbólico.
El espacio personal es la zona que rodea a la persona y cuya invasión provoca malestar. Cambia según la persona, situación y cultura. Se definen cuatro tipos de distancia interpersonal: íntima, personal, social y pública. Un aspecto de la interacción con otros es la diferenciación entre endogrupo y exogrupo. Las culturas individualistas favorecen la pertenencia del individuo a más endogrupos y un menor apego a cada uno de ellos lo que se traduce en una menor conformidad, menos confianza en la identificación con el grupo y menos diferenciación entre endogrupos y exogrupos. Sin embargo las culturas colectivistas favorecen la pertenencia a pocos endogrupos y un mayor compromiso con el grupo al que pertenece, fomentándose la armonía y la cohesión. Todos los grupos sociales requieren algún tipo de jerarquía para funcionar eficazmente.
La situación
El efecto controlador de las situaciones públicas puede deberse a la representación cognitiva de que los otros tienen conocimiento de lo que hacemos y pueden hacer atribuciones causales y juicios sobre nosotros o nuestro grupo, así como efectos sobre sus relaciones en el futuro. Por tanto no es la situación objetiva la que influye en nuestra forma de pensar, sentir y actuar, sino la interpretación que hacemos de ella. Otra de las dimensiones de comparación cultural es la evitación de la incertidumbre. En sociedades con alta evitación de la incertidumbre se busca la seguridad mediante la aplicación de un gran número de normas que regulen el comportamiento de forma estricta. Por el contrario, las culturas con baja evitación de la incertidumbre son mucho más permisivas en este sentido.
RELACIONES ENTRE EVOLUCIÓN Y CUTURA: UNIVERSALIDAD Y DIVERSIDAD
La cultura no sería posible sin una serie de capacidades psicológicas que los seres humanos, y algunas otras especies, poseemos, como la imitación y la comunicación. Pero hacen falta también mecanismos que elaboren y seleccionen los contenidos y que permitan difundirlos entre los miembros de una sociedad y transmitirlos de generación en generación.
Según los psicólogos sociales que adoptan un enfoque evolucionista, estas capacidades y mecanismos que hacen posible la cultura han evolucionado debido a los beneficios que reportaban a los individuos de cara a su supervivencia y reproducción a través de la actividad grupal coordinada.

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