TEMA
8 CONDUCTA DE AYUDA
HISTORIA DEL ESTUDIO DE LA CONDUCTA DE AYUDA DESDE LA PSICOLOGÍA SOCIAL
No fue hasta los setenta del siglo
pasado cuando se comenzaron a escribir sobre el tema, y hasta
mediados de los ochenta cuando el altruismo y la conducta de ayuda
empezaron a aparecer como áreas de interés. Muchos autores
coinciden en señalar la muerte de KITTY GENOVESE en 1964 como el
momento a partir del cual se disparó el interés por el estudio de
la conducta de ayuda. Comenzaron a investigar el efecto del
espectador: su principal objetivo era determinar cuándo las personas
ayudaban y cuándo no lo hacían. Entre los años 70 y 80 el interés
se centró en averiguar por qué se ayudaba. (Recordar el asesinato
de kitty genovese___vecinos).
CONCEPTOS BÁSICOS: CONDUCTA DE AYUDA PROSOCIAL, CONDUCTA DE AYUDA, ALTRUISMO Y COOPERACIÓN
Conducta prosocial: se
refiere a todos los comportamientos que benefician a los demás.
Conducta de ayuda: es
cualquier acción que beneficia o mejora el bienestar de una o varias
personas en particular.
Altruismo: tendría un
componente adicional, que la motivación de la persona que realiza la
ayuda se caracteriza por el énfasis en las necesidades del otro, es
una acción que proporciona beneficios a otro sin la expectativa de
recibir nada a cambio, y cuyo fin último es de cooperación.
Cooperación: incluye a
dos o más personas que trabajan conjuntamente hacia una meta común
que les beneficiará a todos.
TRES NIVELES DE ANALISIS EN EL ESTUDIO DE LA CONDUCTA DE AYUDA, LA CONDUCTA PROSOCIAL Y EL ALTRUISMO
LOS ORÍGENES DE LAS
TENDENCIAS PROSOCIALES EN LAS PERSONAS
Las teorías de la evolución
¿Ayudamos más a nuestros hermanos, o
hijos, que a los desconocidos? La perspectiva de la selección por
parentesco se basa en que lo realmente importante para la
supervivencia de una especie es el éxito en la transmisión genética
a los miembros de la generación siguiente. Esto se denomina eficacia
biológica inclusiva. La literatura muestra que existe una
correlación entre el porcentaje de genes que dos individuos
comparten y la voluntad de ayudarse entre si. Sin embargo, estos
trabajos han recibido diversas críticas. Algunas de ellas se
refieren a que los resultados podrían explicarse también por el
funcionamiento de la norma de responsabilidad social o a que la
concepción de “familia” no es igual en todas las culturas.
Otro mecanismo propuesto desde la
perspectiva evolucionista para explicar cómo ha podido evolucionar
el comportamiento de ayuda, es el altruismo recíproco. Un individuo
puede tomar la decisión de ayudar a otro o no hacerlo bajo la
previsión de que el otro le devuelva a él o a sus parientes la
ayuda en un futuro. Este mecanismo está íntimamente relacionado con
la norma de reciprocidad que aplicada a este contexto prescribe que
deberíamos ayudar a quienes nos ayudan. La norma de reciprocidad es
muy fuerte y existen numerosos datos que muestran su influencia en
culturas diferentes.
Bases biológicas y genéticas de la
conducta prosocial
La empatía como estado afectivo es la
capacidad de experimentar las mismas emociones que otra persona a la
que se está observando. Según el modelo de “percepción- acción
“si un apersona presta atención al estado emocional de otra, se
activa en su cerebro una representación de dicho estado emocional
que genera una respuesta asociada a él. Esto se debe a unas
2neuronas espejo” que forman parte de un sistema de
percepción/acción”, de modo que la observación de movimientos,
activa en el observador las mismas regiones de la corteza motora que
si él mismo estuviera realizando esos movimientos a pesar de que
esta activación motora no se transforme en movimiento.
LA CONDUCTA DE AYUDA
INTERPERSONAL
¿Por qué ayudamos a los demás?
La explicación basada en el
aprendizaje propone que las personas aprenden a ayudar por los
principios del refuerzo y el modelado. Según el principio del
refuerzo, aprenderemos a ayudar si somos recompensados por ello.
Simplemente diciendo “gracias”, aumentamos la probabilidad de que
la persona vuelva a ayudar y también a otras personas. En cuanto al
modelado, los programas de televisión podrían fomentar la conducta
de ayuda a través de modelos que se comportan prosocialmente
En lo referente a los valores morales
sociales y personales, normas tales como la responsabilidad social y
la reciprocidad u otras de carácter más personal, como ayudar como
un medio para mantener una imagen positiva de uno mismo………
Schwartz sugiere que las personas
construyen las normas para situaciones específicas, por lo que
podrían ser diferentes en el mismo individuo en distintas
situaciones. No obstante, las personas con estructuras de valores más
estables tenderían a comportarse igual en la mayoría de las
situaciones. Más adelante este autor propone su modelo procesual de
altruismo, con 5 pasos: atención, motivación, evaluación,
defensa, conducta.
Además de estas normas morales
sociales y personales, la gente también se guía por normas de
justicia social. Una de las principales es la equidad: dos personas
que hacen una misma contribución deberían tener la misma
recompensa.
Las normas de reciprocidad y justicia
social parecen comunes a todas las sociedades. En cambio, la norma de
responsabilidad social no es universal.
El tercer de los mecanismos propuestos
para explicar por qué ayudamos, la activación y la emoción, se
refiere a que las personas se activan ante el malestar de los demás,
y esto ocurre en todas las culturas. Cuando las emociones se activan,
las personas pueden ayudar a los demás, pero pueden hacerlo por 2
motivos distintos: por motivación egoísta o altruista.
Desde la perspectiva de la motivación
egoísta, el equipo de Cialdini propuso un modelo del alivio del
estado negativo, según este modelo, las personas ayudan para obtener
un premio, evitar un castigo, o librarse de un estado emocional
negativo. Sin embargo también parece probado que la preocupación
empática produce un comportamiento de ayuda motivado altruistamente.
Empatía es la capacidad que consiste
en inferir los pensamientos y sentimientos de otros, lo cual genera
sentimientos de simpatía, comprensión y ternura. También se ha
definido como una habilidad social que permite a la persona
anticiparse a lo que otras personas piensan y sienten, para poder
comprender y experimentar su punto de vista. En general se acepta que
existen 2 tipos de empatía: cognitiva y emocional. La empatía
cognitiva se refiere a tomar la perspectiva de la otra persona. La
empatía emocional tiene dos variantes y consiste en experimentar las
mismas respuestas emocionales que experimenta la otra persona
(empatía paralela), o reaccionar emocionalmente ante las
experiencias que esa otra persona está viviendo (empatía reactiva).
Una de las ventajas de la empatía es que se puede entrenar a las
personas para que la sientan a través de ejercicios de role-playing.
¿Quién es más probable que ayude
a otros?
Aunque diversos estudios muestran que
las mujeres son más empáticas que los hombres y que éstos son más
indiferentes que las mujeres, en las medidas fisiológicas y no
verbales de la empatía no se han encontrado diferencias de género.
La conclusión que parece extraerse de las investigaciones realizadas
sobre esta cuestión es que realmente depende del tipo de ayuda y del
rol social. Respecto al tipo de ayuda, se asume que en situaciones
peligrosas, es más probable que intervengan los hombres.
¿A quién es más probable que
ayudemos?
La literatura muestra que, en general,
ayudamos mas a quienes encontramos atractivos y/o nos gustan, a
quienes son similares a nosotros, a las personas de nuestro propio
grupo y a quienes juzgamos merecedores de nuestra ayuda.
Respecto al atractivo físico recordar
el estudio sobre el hombre que llamaba por teléfono y fingía
equivocarse de número con su última moneda, si era mujer mas
ayudaban, tío menos.
En general si el que necesita ayuda es
similar a nosotros tenderemos a ayudar, pero si no podemos hacerlo, o
si el otro se nos perece demasiado, su problema nos puede recordar
que eso mismo nos podría pasar a nosotros, lo que nos produce una
desagradable sensación de amenaza. Para defendernos de ella, podemos
distorsionar nuestra percepción de la otra persona, viéndola como
diferente a nosotros, o bien culparla de lo que sucede, proceso que
se conoce como atribución de responsabilidad a la víctima. Puesto
que la probabilidad de ayudar a alguien suele ser mayor si su
problema es debido a causas ajenas a él, al hacerle responsable nos
distanciamos de esa persona y justificamos nuestra falta de
solidaridad.
Por último también es más probable
que las personas ayuden a quienes se considera que merecen ayuda,
probablemente porque se activa la norma de responsabilidad social. Es
más probable que se ayude una persona en el metro si parece enferma
a que sí parece drogada, es más probable que ayudemos a alguien si
creemos que el problema que tiene está fuera de su control.
¿Cuándo ayudamos?
El modelo de decisión sobre la
intervención en emergencias, desarrollado por Lantané y Darley,
consta de 5 pasos, cada uno de los cuales lleva a no intervenir en la
situación, o bien al paso siguiente:
Paso 1: ¿algo pasa?
Paso 2: lo que está pasando…
¿es una emergencia?
Paso 3: ¿se asume la
responsabilidad de actuar?
Paso 4: ¿se considera la
persona capaz de ayudar?
Paso 5: tomar la decisión de
ayudar
El segundo modelo que trata de explicar
cuando ayudamos a los demás es el de activación y
coste-recompensa, según este modelo, las personas tomarían la
decisión que mejor satisficiera a sus intereses personales. El
objetivo de este modelo es predecir cuando una persona ayudara o no y
como ayudara en el caso de hacerlo. Para que se produzca la ayuda, en
primer lugar la persona tiene que sentirse activada al conocer el
problema de otro, e interpretar esa activación desagradable como
debida a eso y no a otra razón. La consecuencia de esa
interpretación es que solo ayudando al otro podrá reducirse el
malestar que nos provoca su problema.
La ayuda desde el punto de vista del
que la necesita
Respecto a la ayuda que se pide, que
una persona decida pedir ayuda depende de:
- Características personales, como edad, genero, personalidad, etc. A los hombres les cuesta más pedir ayuda, las personas tímidas se resisten a pedir ayuda a alguien del sexo opuesto, los jóvenes piden ayuda a los mayores y las personas de clase alta piden ayuda a las de clase baja.
- La naturaleza del problema y el tipo de ayuda que se necesita. Si el problema está directamente relacionado con su imagen personal y social, será menos probable que solicite ayuda a otros. Por otra parte, el no poder devolver el favor a otro cuando creemos que se espera de nosotros que lo hagamos es un factor disuasorio a la hora de pedir ayuda.
- Las características del posible donante de la ayuda. Se suele acudir a personas semejante en lugar de a quienes consideramos muy diferentes.
En ocasiones se puede reaccionar de
forma negativa, especialmente cuando se percibe una amenaza a la
autoestima, cuando existen unos costes excesivos para agradecer dicha
ayuda y cuando la ayuda provoca una sensación de pérdida de
libertad en quien la recibe.
De acuerdo con la teoría de la
atribución, mantendrán una autoestima positiva si son capaces de
atribuir su necesidad de ayuda a causas externas o incontrolables más
que a deficiencias personales, si creemos que nos ayudan por buena
voluntad o que lo hacen pensando en que somos incompetentes. Los
costes del agradecimiento pueden explicarse desde la teoría del
intercambio social, cuando la ayuda es en una sola dirección puede
crear una sensación de diferencia de poder. Por este motivo, las
personas están más dispuestas a pedir ayuda cuando piensan que
podrán devolver el favor.
Recibir ayuda sin quererlo también
puede producir pérdida de libertad, y esto se ve explicado por la
teoría de la reactancia. Como consecuencia, se pueden producir
sentimientos de hostilidad hacia los que proporcionan la ayuda. En el
contexto intergrupal, si los miembros del grupo de estatus más bajo
aceptan la ayuda, podrían estar reconociendo su inferioridad.
LA CONDUCTA DE AYUDA
GRUPAL
La influencia que el grupo ejerce en
sus miembros solía considerarse contraria a cualquier tendencia
prosocial, ya sea porque hace que éstos se vuelvan impulsivos,
irracionales e incluso violentos, especialmente en el contexto de una
multitud o porque inhibe la acción, como hemos visto en este
capítulo al hablar de la difusión de la responsabilidad. No
obstante, esa tradición está cambiando, sobre todo a partir del
auge de las organizaciones de voluntariado.
La conducta de ayuda planificada: el
voluntariado
Es un comportamiento de ayuda con
carácter no obligatorio, que se lleva a cabo planificadamente y a
través de la gestión de una organización, y que no es puntual,
sino que se desarrolla por un período de tiempo relativamente
extenso. Los voluntarios no conocen en muchas ocasiones a las
personas que se beneficiaran de su comportamiento.
El voluntariado presenta 4
características: es una conducta a largo plazo, es una acción
pensada y planificad, es una ayuda no obligatoria y se produce bajo
un marco organizacional.
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