TEMA 5
ACTITUDES
¿QUÉ SON LAS ACTITUDES?
Definición
de actitud
“En términos formales,
una actitud es una tendencia psicológica expresada evaluando un ente
determinado con cierto grado de favorabilidad o desfavorabilidad”
Las
bases de las actitudes
Las actitudes son un
constructo complejo, en el que pueden confluir diferentes
experiencias de la persona en relación con el objeto de la actitud.
La estructura que da o tres de sus componentes. Las evaluaciones de
cada uno de ellos pueden no coincidir. Por ejemplo, las creencias
pueden ser favorables al objeto y los sentimientos no. Es muy
frecuente que la persona muestre ambivalencia actitudinal hacia
objetos que tienen aspectos positivos y negativos. Como por ejemplo
cuando se quiere eliminar conductas indeseables como la adicción al
tabaco.
Medida
de la intensidad de las actitudes
La intensidad o fuerza de
una actitud depende de las siguientes variables:
- Importancia de la actitud para esa persona
- Intensidad de su evaluación
- Conocimiento del objeto de actitud
- Accesibilidad de la actitud
Hay que tener en cuenta
que cuanto más intensa es una actitud más persistente es en el
tiempo, más resistente es al cambio y mas influye en la conducta. La
medida de las actitudes se puede clasificar en dos grandes bloques:
Medidas explícitas
Procedimiento de
autoinforme, para el que se utiliza la elaboración de cuestionarios
basados en escalas de diferentes características. Uno de los más
frecuentes es el de tipo Likert, en las que la persona manifiesta su
grado de desacuerdo o no con una serie de enunciados que recogen
distintas dimensiones a tener en cuenta al evaluar el objeto de
actitud. La medida de la actitud se obtiene a partir de la suma de
todos los ítems.
Otro tipo de escala es el
diferencial semántico que consiste en una serie de escalas bipolares
definidas por dos características opuestas.
Medidas implícitas
Se emplean procedimientos
que impiden que el sujeto sea consciente del objeto de medida, las
actitudes son tan automáticas que se expresan sin que controlemos la
respuesta. Entre este tipo de medidas se incluyen: la observación de
conductas no verbales, las medidas fisiológicas y las medidas
basadas en la teoría de la respuesta.
El paradigma de
preactivacion o priming consiste en la exposición del objeto de
actitud en la pantalla de un ordenador durante unas fracciones de
segundo y seguidamente se presenta un conjunto de palabras de
contenido evaluativo.
El test de asociación
implícita IAT también se basa en el sistema de la evaluación
automática de los estímulos que se refleja en los tiempos de
reacción. Mide la diferente asociación entre dos conceptos
clasificando una serie de palabras como pertenecientes a dos
categorías.
FUNCIONES DE LAS ACTITUDES
Función
de conocimiento
Las actitudes influyen en
el procesamiento de la información, siendo esta influencia más
potente cuanto más fuerte es la actitud, ya que este tipo de
actitudes son más accesibles y se basan en un conocimiento más
elaborado.
Función
instrumental
Las actitudes pueden
servir a la persona para obtener refuerzos o para evitar castigos.
Esta función también se denomina de ajuste o utilitaria porque
permite lograr determinadas metas o beneficios concretos.
Función
decisiva del yo
Las actitudes pueden
contribuir a mantener la autoestima, un ejemplo característico seria
mostrar una actitud negativa hacia los inmigrantes culpándoles de
los problemas personales de desempleo. Este tipo de actitudes
sociales pueden estar motivadas por mecanismos de defensa que se
ponen en juego cuando la autoestima se ve amenazada.
Función
expresiva de valores
La expresión de
determinadas actitudes es una tarjeta de presentación de la persona
a través de la que se ofrece una faceta de la identidad, pueden
servir para reafirmar aspectos importantes del autoconcepto. Es lo
que se conoce como “autoafirmación”.
ORIGEN DE LAS ACTITUDES
Tienen su origen en el
aprendizaje social, pero muchas se desarrollan sobre una base
biológica.
Influencias
biológicas
Hay evidencia de que
ciertas actitudes pueden estar influenciadas por aspectos genéticos
y tener su origen en mecanismos innatos que han favorecido a la
especie en las épocas ancestrales en las que el ser humano se
diferencio de otras especies. Algunas de las fobias muy extendidas,
como el miedo a las serpientes o a determinados sonidos, pueden tener
su base en determinados peligros reales para la supervivencia de
nuestros ancestros. Ciertas habilidades como la capacidad para las
matemáticas o para la música, pueden tener un componente genético,
heredado de nuestros padres, que influya en las actitudes, no de
forma directa sino indirecta, ya que las personas tendemos a
formarnos actitudes que tienen que ver con nuestras capacidades y
nuestras características de personalidad.
Efecto
de mera exposición
Este fenómeno se puede
describir como el aumento de la favorabilidad hacia un estímulo
neutro al aumentar la exposición repetida del mismo. Por otra parte
la exposición repetida puede provocar hartazgo.
Condicionamiento
de las evaluaciones, aprendizaje e imitación
El condicionamiento
evaluativo tiene las siguientes peculiaridades:
- Es duradero y resistente a la extinción
- Puede producirse con una única asociación
- No es necesaria la consciencia de la asociación de estímulos
(Condicionamiento
emocional)
Las actitudes hacia un
objeto también se pueden aprender por refuerzo de la conducta, este
afecta a las actitudes porque proporciona información social sobre
lo adecuado de las actitudes en cada contexto y también porque se
relaciona con las normas sociales que deben cumplirse. En algunas
ocasiones, en un grupo se pueden fomentar determinadas actitudes que,
en privado, ninguno de los miembros del grupo sostiene, así se
formaría una especie de círculo vicioso, en el que la mayoría
actuaria en contra de lo que piensa, porque cree que esa forma de
comportarse es la aprobada por la mayoría, se denomina ignorancia
pluralista.
Influencia
del contexto en la información y cambio de actitudes
El contexto no solo
influye en que información viene a la mente, también influye en la
evaluación. Los siguientes factores pueden afectar a la evaluación:
- Las metas que se desea conseguir
- El estado de animo
- Estados fisiológicos y corporales
- El estándar usado para la evaluación.
Una vez se han formado
las actitudes pueden almacenarse en la memoria y recuperarse a lo
largo del tiempo.
INFLUENCIA ENTRE ACTITUDES Y CONDUCTAS
Influencia
de las actitudes en la conducta
Aunque el concepto de actitud parece
que está estrechamente ligado a la conducta, esta relación ha sido
cuestionada con frecuencia por algunos autores. Hay dos tipos de
explicaciones:
- Una de las razones que pueden explicar por qué actitudes y conductas no correlacionan positivamente es que ambas se midan en diferente nivel de generalidad.
- La otra razón que acuden es que la conducta puede estar condicionada por una serie de factores situacionales, internos o externos a la persona, que forman parte de un sistema complejo que influye en el comportamiento. Por este motivo se propone estudiar la intención de conducta en vez de la conducta real.
El modelo “MODE”
Esta aproximación teórica postula que
las actitudes pueden guiar el comportamiento hacia un objeto mediante
dos tipos de procesamiento cognitivo: uno espontaneo y otro
elaborado. El procesamiento espontaneo requiere que la actitud
existente hacia un objeto se active ante la presencia de dicho
objeto.
La teoría de la acción razonada
En esta perspectiva teórica, un
elemento central es la intención que tiene la persona de realizar la
conducta. De este modelo se asume que la mayoría de los
comportamientos está bajo control del propio sujeto y que, por lo
tanto, el principal determinadamente de la conducta va a ser que la
persona tenga intención, o no, de realizar ese comportamiento. Esa
motivación consciente de actuar, la intención, se considera que es
el principal factor psicológico que hay que predecir, ya que la
ejecución de la conducta concreta no siempre está bajo control de
la persona y puede que no consigna realizarla a pesar de su
intención.
La actitud hacia la conducta
Se refiere al grado en que la persona
evalúa favorablemente o no realizar esa conducta concreta. Esa
actitud depende de las creencias relevantes sobre la conducta en
cuestión y sobre las consecuencias al realizarla. La valoración
subjetiva de los resultados incide directamente en la actitud, ya que
se combina de forma multiplicativa con fuerza de las creencias
La norma social subjetiva
La norma social subjetiva es el otro
determinante de la intención de realizar una conducta. Depende a su
vez, de dos factores:
- Las creencias sobre lo que piensan determinados individuos respecto a si la persona debe realizar o no la conducta, y
- La motivación de la persona para acatar esa opinión.
Se llama norma subjetiva porque la
percepción que el individuo tiene de la opinión de otros no tiene
porque ser la opinión real.
La teoría de la acción planificada
Añadió un nuevo factor al modelo
propuesto inicialmente, el control percibido, que se refiere a la
percepción que la persona tiene de lo fácil o lo difícil que le
resultara realizar el comportamiento. Este nuevo componente
contribuye significativamente a explicar la conducta de dos formas:
- Indirectamente, a través de la influencia que tiene sobre la intención de la conducta
- Directamente, ya que afecta a la posibilidad real de ejecutar la conducta.
Una vez que se han formado, la
actitudes, la norma subjetiva, la percepción del control y la
intención pueden ser muy accesibles y rápidamente para guiar la
realización de la conducta.
Los tres componentes están
relacionados entre sí. La intervención para modificar cualquiera de
los tres componentes puede ser útil para cambiar las intenciones de
conducta.
Influencia de la conducta en las
actitudes: la teoría de la disonancia cognitiva
El deseo de coherencia es una de las
principales motivaciones humanas. La teoría de equilibrio de Heider
y la teoría de de la congruencia de Osgood y Tsnnenbaum plantean el
problema de la incoherencia entre diferentes actitudes. En ambas
teorías, la hipótesis central es la que falta de consistencia
cognitiva entre actitudes produce un estado psicológico
desequilibrado que tratara de equilibrarse mediante algunas
actitudes. En estas dos teorías se plantea la búsqueda de
consistencia entre actitudes como una necesidad de racionalidad, de
búsqueda lógica, propia del ser humano.
Entre las diferentes aproximaciones a
este tópico destaca la teoría de la disonancia cognitiva. Esta
teoría se aparta de las dos anteriormente mencionadas porque plantea
que las personas difícilmente reconocen su inconsistencia, sino que
tratan de justificarla. El proceso no es la búsqueda de
consistencia, sino la racionalización de las inconsistencias.
Postulados básicos de la teoría
Festinger desarrolla su teoría al
observar, en la vida cotidiana, que la discrepancia entre la conducta
ya las actitudes provocan malestar y estrés emocional. Sustituye los
términos consistencia e inconsistencia por consonancia y disonancia.
El núcleo de la teoría se puede
resumir en los siguientes términos: la existencia de cogniciones que
no son coherentes (consonantes) entre si se produce en la persona
un estado psicológico de incoherencia (disonancia) que es incomodo y
que la persona se esforzara en pailar intentando hacer cogniciones
más coherentes. Utilizando estos conceptos, formula las dos
hipótesis básicas de su teoría.
- La disonancia es psicológicamente incomoda, por lo que las personas tratan de reducirla para lograr la consonancia.
- Cuando la disonancia está presente, la persona evita activamente las situaciones e informaciones que pudieran aumentarla.
Explicación Festinger en primer lugar,
especifica que el termino cognición hay que entenderlo como el
conocimiento que la persona tiene sobre sus estados psicológicos,
sobre su conducta manifiesta, o sobre su entorno.
En segundo lugar,
utiliza la palabra disonancia para destacar que se trata de un factor
motivacional y no cognitivo. La disonancia tiene un componente de la
activación fisióloga, que es el que origina el malestar
psicológico. De acuerdo con la teoría entre dos elementos de
conocimiento que formen parte del sistema de las actitudes de una
persona pueden existir tres tipos de relaciones:
- Que sean relevantes
- Que sean consonantes
- Que sean disonantes
Aunque la
formulación de Festinger se refiere a la consonancia o no a dos
cogniciones en general, la mayor de la investigación se ha basado en
creencias sobre el comportamiento que sea realizado, como uno de los
elementos que definen esa relación de coherencia o incoherencia y en
las actitudes, como otro de los elementos.
Una vez que sea a
realizado una conducta que de alguna manera es contraria a las
actitudes previas, surgen una serie de cogniciones que son
consonantes o disonantes con esa conducta.
Grado
de disonancia
La disonancia
cognitiva es un factor motivacional, que se origina cuando existen
cogniciones que no concuerdan entre sí. Se podría definir como una
experiencia psicológicamente desagradable.
El menor o mayor
grado de malestar psicológico o lo que es lo mismo, la magnitud de
la disonancia depende de dos factores:
- De la proporción de cogniciones disonantes en relación con las cogniciones consonantes,
- De la importancia de cada una de esas cogniciones para la persona.
Una vez que
aparece la disonancia, existen diferentes estrategias para
disimularla:
- Añadir nuevos elementos consonantes con la conducta realizada
- Aumentar la importancia de los elementos consonantes
- Quitar importancia a los elementos disonantes
La disonancia es
muy común y puede surgir por diferentes razones. A) Después de
tomar una decisión b) después de actuar en contra de las creencias
y actitudes c) después de exponerse a información inconsistente con
las creencias o d) después de realizar conductas que requieren
esfuerzo.
El paradigma de
la libre elección: disonancia después de tomar una decisión
Siempre que una
persona tiene que elegir entre dos formas de actuar igualmente
atractivas surge un conflicto. Una vez que se ha optado por una de
las conductas, permanecen en la mente los aspectos positivos que
hacían atractiva la conducta rechazada y los negativos de la
elegida. Después de una conducta de elección, la magnitud de la
disonancia aumenta dependiendo: a) de lo importante que sea la
decisión; b) del grado de similitud entre las alternativas posibles,
ya que si se piensa que la diferencia no es muy grande no se
produciría disonancia y c) del atractivo de la alternativa
rechazada.
Consecuentemente,
la disonancia se puede reducir mediante de algunos de los siguientes
procedimientos:
- Restar importancia a la decisión tomada,
- Considerar que el resultado final al que lleva cualquiera de las dos alternativas es el mismo, o
- Cambiar el atractivo de ambas alternativas.
Este último
procedimiento es el que se utiliza con más frecuencia, esto se
consigne:
Aumentando la
importancia de los elementos consonantes con la elección y
disminuyendo la importancia de los relativos a la opción rechazada,
- No teniendo en cuenta alguno de los elementos negativos de la opinión elegida o alguno de los positivos de la rechazada,
- Aumentando el número de elementos positivos consonantes con la elección.
El paradigma de la complacencia
inducida
Con frecuencia, la discrepancia entre
las actitudes y la conducta se debe a algún tipo de coacción
externa. Por ejemplo, una persona que está en contra de hacer horas
extraordinarias puede consentir en realizarlas porque se lo pide su
jefe. En ese caso, existe una condescendencia pública que no surge
de un cambio en las opiniones. Este tipo de condescendencia forzosa
se produce en muchas ocasiones ante el ofrecimiento de un premio si
se cumple con ese requerimiento o por la amenaza de un castigo si no
se realiza determinada conducta. Una vez que se ha consentido en
realizar ese tipo de conducta, el comportamiento público y la
actitud privada son contradictorios.
Cuando en vez de recompensas se
imparten castigos después de realizar una conducta, también
funciona un mecanismo de racionalización, de forma que cuanto mayor
sea el castigo que sigue a una conducta menor será el cambio de
actitud. La explicación es que si se cambia la conducta porque
existe amenaza de castigo, la nueva conducta se puede justificar por
amenaza.
El paradigma de la desconfirmación
de creencias
Cuando una persona recibe información
que es incompatible con sus creencias, esa nueva información puede
generar nuevas cogniciones que sean incongruentes con las ya
existentes, por lo que producirá disonancia. Esa disonancia se puede
reducir por varias vías, una de las cuales seria cambiar las
creencias previas. Pero, si esas creencias son importantes, es muy
común que esa información se malinterprete, o que se rechace y se
busque nueva información que reafirme las anteriores creencias.
Festinger, Riecken y Schachter (1956) se infiltraron en una secta
para observar que sucedería cuando una de sus creencias se
desconfirman objetivamente. Esa secta había anunciado que serian
abducidos a otro planeta en una fecha concreta por unos
extraterrestres con los que se comunicaban, ya que habían sido
elegidos para salvarse antes de que se inundara la Tierra. Pasado ese
día sin que sucediera nada, la líder del grupo anuncio que, gracias
a la bondad de los miembros de la secta, Dios había salvado el
mundo.
El paradigma de la justificación
del esfuerzo
Siempre que se emprende cualquier
actividad que supone un esfuerzo desagradable, aunque sea para lograr
algo deseado, se produce disonancia. La explicación es que creer que
una actividad no es agradable es disonante con emprender esa
actividad. Muchos estudios han puesto de manifiesto que lo que más
esfuerzo cuesta es lo que se valora.
Reformulaciones de la teoría
Inicialmente, la controversia se centro
en cuestionar la disonancia fuera realmente un proceso de
motivacional que ocasionaba el cambio de actitud. En esta línea, la
teoría de la autopercepción, reinterpreta los resultados de los
experimentos con el paradigma de la complacencia inducida aduciendo
que no es que se produzca disonancia, sino que las personas infieren
sus actitudes a partir de la conducta.
Las continuas revisiones que hasta los
años 80 origino la teoría que contribuyeron a reabilitizarla, tanto
en su dimensión como en la metodológica. Con el paso del tiempo, la
formulación de Festinger de 1957 se ha reafirmado y actualmente los
teóricos de la disonancia ya no cuestionan los fundamentos de la
teoría original.
Una de las revisiones ms difundidas ha
sido la que se conoce como la corriente de new look de la disonancia,
esa perspectiva aporto dos conclusiones que deberían cumplirse para
que experimentara disonancia: 1) que es la persona que crea su
conducta ha originado consecuencias negativas y 2) que la persona
crea que es responsable de su conducta, para lo que es imprescindible
que se sienta libre al haberla realizado, ya que de otro modo podría
justificar su acción por presión externa. Según la teoría de la
consistencia del yo, la disonancia se produce cuando la persona
realiza un comportamiento que no es coherente con la imagen que tiene
de sí misma, es decir, cuando es incoherente con su autoconcepto.
Esta perspectiva, ha prosperado con el
apoyo de abundante experimentación en la que se induce sentimientos
de hipocresía. Cuando la persona toma conciencia de que se comporta
de forma hipócrita y no actúa de acuerdo a sus creencias
experimenta disonancia.
Aplicando las teorías sobre
actitudes y conducta
La aplicación de la teoría de la
aplicación razonada y la teoría de la acción de planifica puede
ser de gran utilidad para implantar o fomentar conductas deseables,
como las relacionadas con la salud.
El desarrollo de la teoría de la
disonancia cognitiva ha puesto de manifiesto la influencia que tiene
el comportamiento realizado sobre actitud. La investigación ha
demostrado que cuando una persona realiza una conducta, aunque sea de
mínima importancia, como podría ser asistir a una reunión de una
asociación de alcohólicos anónimos, es más probable que acepte
realizar conductas más costosas relacionadas con esa primera
conducta.
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