jueves, 20 de septiembre de 2012

tema 5 psi.social


TEMA 5

ACTITUDES

¿QUÉ SON LAS ACTITUDES?

Definición de actitud
“En términos formales, una actitud es una tendencia psicológica expresada evaluando un ente determinado con cierto grado de favorabilidad o desfavorabilidad”
Las bases de las actitudes
Las actitudes son un constructo complejo, en el que pueden confluir diferentes experiencias de la persona en relación con el objeto de la actitud. La estructura que da o tres de sus componentes. Las evaluaciones de cada uno de ellos pueden no coincidir. Por ejemplo, las creencias pueden ser favorables al objeto y los sentimientos no. Es muy frecuente que la persona muestre ambivalencia actitudinal hacia objetos que tienen aspectos positivos y negativos. Como por ejemplo cuando se quiere eliminar conductas indeseables como la adicción al tabaco.
Medida de la intensidad de las actitudes
La intensidad o fuerza de una actitud depende de las siguientes variables:
  1. Importancia de la actitud para esa persona
  2. Intensidad de su evaluación
  3. Conocimiento del objeto de actitud
  4. Accesibilidad de la actitud
Hay que tener en cuenta que cuanto más intensa es una actitud más persistente es en el tiempo, más resistente es al cambio y mas influye en la conducta. La medida de las actitudes se puede clasificar en dos grandes bloques:
Medidas explícitas
Procedimiento de autoinforme, para el que se utiliza la elaboración de cuestionarios basados en escalas de diferentes características. Uno de los más frecuentes es el de tipo Likert, en las que la persona manifiesta su grado de desacuerdo o no con una serie de enunciados que recogen distintas dimensiones a tener en cuenta al evaluar el objeto de actitud. La medida de la actitud se obtiene a partir de la suma de todos los ítems.
Otro tipo de escala es el diferencial semántico que consiste en una serie de escalas bipolares definidas por dos características opuestas.
Medidas implícitas
Se emplean procedimientos que impiden que el sujeto sea consciente del objeto de medida, las actitudes son tan automáticas que se expresan sin que controlemos la respuesta. Entre este tipo de medidas se incluyen: la observación de conductas no verbales, las medidas fisiológicas y las medidas basadas en la teoría de la respuesta.
El paradigma de preactivacion o priming consiste en la exposición del objeto de actitud en la pantalla de un ordenador durante unas fracciones de segundo y seguidamente se presenta un conjunto de palabras de contenido evaluativo.
El test de asociación implícita IAT también se basa en el sistema de la evaluación automática de los estímulos que se refleja en los tiempos de reacción. Mide la diferente asociación entre dos conceptos clasificando una serie de palabras como pertenecientes a dos categorías.

FUNCIONES DE LAS ACTITUDES

Función de conocimiento
Las actitudes influyen en el procesamiento de la información, siendo esta influencia más potente cuanto más fuerte es la actitud, ya que este tipo de actitudes son más accesibles y se basan en un conocimiento más elaborado.
Función instrumental
Las actitudes pueden servir a la persona para obtener refuerzos o para evitar castigos. Esta función también se denomina de ajuste o utilitaria porque permite lograr determinadas metas o beneficios concretos.
Función decisiva del yo
Las actitudes pueden contribuir a mantener la autoestima, un ejemplo característico seria mostrar una actitud negativa hacia los inmigrantes culpándoles de los problemas personales de desempleo. Este tipo de actitudes sociales pueden estar motivadas por mecanismos de defensa que se ponen en juego cuando la autoestima se ve amenazada.
Función expresiva de valores
La expresión de determinadas actitudes es una tarjeta de presentación de la persona a través de la que se ofrece una faceta de la identidad, pueden servir para reafirmar aspectos importantes del autoconcepto. Es lo que se conoce como “autoafirmación”.

ORIGEN DE LAS ACTITUDES

Tienen su origen en el aprendizaje social, pero muchas se desarrollan sobre una base biológica.
Influencias biológicas
Hay evidencia de que ciertas actitudes pueden estar influenciadas por aspectos genéticos y tener su origen en mecanismos innatos que han favorecido a la especie en las épocas ancestrales en las que el ser humano se diferencio de otras especies. Algunas de las fobias muy extendidas, como el miedo a las serpientes o a determinados sonidos, pueden tener su base en determinados peligros reales para la supervivencia de nuestros ancestros. Ciertas habilidades como la capacidad para las matemáticas o para la música, pueden tener un componente genético, heredado de nuestros padres, que influya en las actitudes, no de forma directa sino indirecta, ya que las personas tendemos a formarnos actitudes que tienen que ver con nuestras capacidades y nuestras características de personalidad.
Efecto de mera exposición
Este fenómeno se puede describir como el aumento de la favorabilidad hacia un estímulo neutro al aumentar la exposición repetida del mismo. Por otra parte la exposición repetida puede provocar hartazgo.
Condicionamiento de las evaluaciones, aprendizaje e imitación
El condicionamiento evaluativo tiene las siguientes peculiaridades:
  • Es duradero y resistente a la extinción
  • Puede producirse con una única asociación
  • No es necesaria la consciencia de la asociación de estímulos
(Condicionamiento emocional)
Las actitudes hacia un objeto también se pueden aprender por refuerzo de la conducta, este afecta a las actitudes porque proporciona información social sobre lo adecuado de las actitudes en cada contexto y también porque se relaciona con las normas sociales que deben cumplirse. En algunas ocasiones, en un grupo se pueden fomentar determinadas actitudes que, en privado, ninguno de los miembros del grupo sostiene, así se formaría una especie de círculo vicioso, en el que la mayoría actuaria en contra de lo que piensa, porque cree que esa forma de comportarse es la aprobada por la mayoría, se denomina ignorancia pluralista.
Influencia del contexto en la información y cambio de actitudes
El contexto no solo influye en que información viene a la mente, también influye en la evaluación. Los siguientes factores pueden afectar a la evaluación:
  1. Las metas que se desea conseguir
  2. El estado de animo
  3. Estados fisiológicos y corporales
  4. El estándar usado para la evaluación.
Una vez se han formado las actitudes pueden almacenarse en la memoria y recuperarse a lo largo del tiempo.

INFLUENCIA ENTRE ACTITUDES Y CONDUCTAS

Influencia de las actitudes en la conducta
Aunque el concepto de actitud parece que está estrechamente ligado a la conducta, esta relación ha sido cuestionada con frecuencia por algunos autores. Hay dos tipos de explicaciones:
  • Una de las razones que pueden explicar por qué actitudes y conductas no correlacionan positivamente es que ambas se midan en diferente nivel de generalidad.
  • La otra razón que acuden es que la conducta puede estar condicionada por una serie de factores situacionales, internos o externos a la persona, que forman parte de un sistema complejo que influye en el comportamiento. Por este motivo se propone estudiar la intención de conducta en vez de la conducta real.
El modelo “MODE”
Esta aproximación teórica postula que las actitudes pueden guiar el comportamiento hacia un objeto mediante dos tipos de procesamiento cognitivo: uno espontaneo y otro elaborado. El procesamiento espontaneo requiere que la actitud existente hacia un objeto se active ante la presencia de dicho objeto.
La teoría de la acción razonada
En esta perspectiva teórica, un elemento central es la intención que tiene la persona de realizar la conducta. De este modelo se asume que la mayoría de los comportamientos está bajo control del propio sujeto y que, por lo tanto, el principal determinadamente de la conducta va a ser que la persona tenga intención, o no, de realizar ese comportamiento. Esa motivación consciente de actuar, la intención, se considera que es el principal factor psicológico que hay que predecir, ya que la ejecución de la conducta concreta no siempre está bajo control de la persona y puede que no consigna realizarla a pesar de su intención.
La actitud hacia la conducta
Se refiere al grado en que la persona evalúa favorablemente o no realizar esa conducta concreta. Esa actitud depende de las creencias relevantes sobre la conducta en cuestión y sobre las consecuencias al realizarla. La valoración subjetiva de los resultados incide directamente en la actitud, ya que se combina de forma multiplicativa con fuerza de las creencias
La norma social subjetiva
La norma social subjetiva es el otro determinante de la intención de realizar una conducta. Depende a su vez, de dos factores:
  1. Las creencias sobre lo que piensan determinados individuos respecto a si la persona debe realizar o no la conducta, y
  2. La motivación de la persona para acatar esa opinión.
Se llama norma subjetiva porque la percepción que el individuo tiene de la opinión de otros no tiene porque ser la opinión real.
La teoría de la acción planificada
Añadió un nuevo factor al modelo propuesto inicialmente, el control percibido, que se refiere a la percepción que la persona tiene de lo fácil o lo difícil que le resultara realizar el comportamiento. Este nuevo componente contribuye significativamente a explicar la conducta de dos formas:
  1. Indirectamente, a través de la influencia que tiene sobre la intención de la conducta
  2. Directamente, ya que afecta a la posibilidad real de ejecutar la conducta.
Una vez que se han formado, la actitudes, la norma subjetiva, la percepción del control y la intención pueden ser muy accesibles y rápidamente para guiar la realización de la conducta.
Los tres componentes están relacionados entre sí. La intervención para modificar cualquiera de los tres componentes puede ser útil para cambiar las intenciones de conducta.
Influencia de la conducta en las actitudes: la teoría de la disonancia cognitiva
El deseo de coherencia es una de las principales motivaciones humanas. La teoría de equilibrio de Heider y la teoría de de la congruencia de Osgood y Tsnnenbaum plantean el problema de la incoherencia entre diferentes actitudes. En ambas teorías, la hipótesis central es la que falta de consistencia cognitiva entre actitudes produce un estado psicológico desequilibrado que tratara de equilibrarse mediante algunas actitudes. En estas dos teorías se plantea la búsqueda de consistencia entre actitudes como una necesidad de racionalidad, de búsqueda lógica, propia del ser humano.
Entre las diferentes aproximaciones a este tópico destaca la teoría de la disonancia cognitiva. Esta teoría se aparta de las dos anteriormente mencionadas porque plantea que las personas difícilmente reconocen su inconsistencia, sino que tratan de justificarla. El proceso no es la búsqueda de consistencia, sino la racionalización de las inconsistencias.
Postulados básicos de la teoría
Festinger desarrolla su teoría al observar, en la vida cotidiana, que la discrepancia entre la conducta ya las actitudes provocan malestar y estrés emocional. Sustituye los términos consistencia e inconsistencia por consonancia y disonancia.
El núcleo de la teoría se puede resumir en los siguientes términos: la existencia de cogniciones que no son coherentes (consonantes) entre si se produce en la persona un estado psicológico de incoherencia (disonancia) que es incomodo y que la persona se esforzara en pailar intentando hacer cogniciones más coherentes. Utilizando estos conceptos, formula las dos hipótesis básicas de su teoría.
  1. La disonancia es psicológicamente incomoda, por lo que las personas tratan de reducirla para lograr la consonancia.
  2. Cuando la disonancia está presente, la persona evita activamente las situaciones e informaciones que pudieran aumentarla.
Explicación Festinger en primer lugar, especifica que el termino cognición hay que entenderlo como el conocimiento que la persona tiene sobre sus estados psicológicos, sobre su conducta manifiesta, o sobre su entorno.
En segundo lugar, utiliza la palabra disonancia para destacar que se trata de un factor motivacional y no cognitivo. La disonancia tiene un componente de la activación fisióloga, que es el que origina el malestar psicológico. De acuerdo con la teoría entre dos elementos de conocimiento que formen parte del sistema de las actitudes de una persona pueden existir tres tipos de relaciones:
  1. Que sean relevantes
  2. Que sean consonantes
  3. Que sean disonantes
Aunque la formulación de Festinger se refiere a la consonancia o no a dos cogniciones en general, la mayor de la investigación se ha basado en creencias sobre el comportamiento que sea realizado, como uno de los elementos que definen esa relación de coherencia o incoherencia y en las actitudes, como otro de los elementos.
Una vez que sea a realizado una conducta que de alguna manera es contraria a las actitudes previas, surgen una serie de cogniciones que son consonantes o disonantes con esa conducta.
Grado de disonancia
La disonancia cognitiva es un factor motivacional, que se origina cuando existen cogniciones que no concuerdan entre sí. Se podría definir como una experiencia psicológicamente desagradable.
El menor o mayor grado de malestar psicológico o lo que es lo mismo, la magnitud de la disonancia depende de dos factores:
  1. De la proporción de cogniciones disonantes en relación con las cogniciones consonantes,
  2. De la importancia de cada una de esas cogniciones para la persona.
Una vez que aparece la disonancia, existen diferentes estrategias para disimularla:
  1. Añadir nuevos elementos consonantes con la conducta realizada
  2. Aumentar la importancia de los elementos consonantes
  3. Quitar importancia a los elementos disonantes
La disonancia es muy común y puede surgir por diferentes razones. A) Después de tomar una decisión b) después de actuar en contra de las creencias y actitudes c) después de exponerse a información inconsistente con las creencias o d) después de realizar conductas que requieren esfuerzo.
El paradigma de la libre elección: disonancia después de tomar una decisión
Siempre que una persona tiene que elegir entre dos formas de actuar igualmente atractivas surge un conflicto. Una vez que se ha optado por una de las conductas, permanecen en la mente los aspectos positivos que hacían atractiva la conducta rechazada y los negativos de la elegida. Después de una conducta de elección, la magnitud de la disonancia aumenta dependiendo: a) de lo importante que sea la decisión; b) del grado de similitud entre las alternativas posibles, ya que si se piensa que la diferencia no es muy grande no se produciría disonancia y c) del atractivo de la alternativa rechazada.
Consecuentemente, la disonancia se puede reducir mediante de algunos de los siguientes procedimientos:
  1. Restar importancia a la decisión tomada,
  2. Considerar que el resultado final al que lleva cualquiera de las dos alternativas es el mismo, o
  3. Cambiar el atractivo de ambas alternativas.
Este último procedimiento es el que se utiliza con más frecuencia, esto se consigne:
Aumentando la importancia de los elementos consonantes con la elección y disminuyendo la importancia de los relativos a la opción rechazada,
  • No teniendo en cuenta alguno de los elementos negativos de la opinión elegida o alguno de los positivos de la rechazada,
  • Aumentando el número de elementos positivos consonantes con la elección.
El paradigma de la complacencia inducida
Con frecuencia, la discrepancia entre las actitudes y la conducta se debe a algún tipo de coacción externa. Por ejemplo, una persona que está en contra de hacer horas extraordinarias puede consentir en realizarlas porque se lo pide su jefe. En ese caso, existe una condescendencia pública que no surge de un cambio en las opiniones. Este tipo de condescendencia forzosa se produce en muchas ocasiones ante el ofrecimiento de un premio si se cumple con ese requerimiento o por la amenaza de un castigo si no se realiza determinada conducta. Una vez que se ha consentido en realizar ese tipo de conducta, el comportamiento público y la actitud privada son contradictorios.
Cuando en vez de recompensas se imparten castigos después de realizar una conducta, también funciona un mecanismo de racionalización, de forma que cuanto mayor sea el castigo que sigue a una conducta menor será el cambio de actitud. La explicación es que si se cambia la conducta porque existe amenaza de castigo, la nueva conducta se puede justificar por amenaza.
El paradigma de la desconfirmación de creencias
Cuando una persona recibe información que es incompatible con sus creencias, esa nueva información puede generar nuevas cogniciones que sean incongruentes con las ya existentes, por lo que producirá disonancia. Esa disonancia se puede reducir por varias vías, una de las cuales seria cambiar las creencias previas. Pero, si esas creencias son importantes, es muy común que esa información se malinterprete, o que se rechace y se busque nueva información que reafirme las anteriores creencias. Festinger, Riecken y Schachter (1956) se infiltraron en una secta para observar que sucedería cuando una de sus creencias se desconfirman objetivamente. Esa secta había anunciado que serian abducidos a otro planeta en una fecha concreta por unos extraterrestres con los que se comunicaban, ya que habían sido elegidos para salvarse antes de que se inundara la Tierra. Pasado ese día sin que sucediera nada, la líder del grupo anuncio que, gracias a la bondad de los miembros de la secta, Dios había salvado el mundo.
El paradigma de la justificación del esfuerzo
Siempre que se emprende cualquier actividad que supone un esfuerzo desagradable, aunque sea para lograr algo deseado, se produce disonancia. La explicación es que creer que una actividad no es agradable es disonante con emprender esa actividad. Muchos estudios han puesto de manifiesto que lo que más esfuerzo cuesta es lo que se valora.
Reformulaciones de la teoría
Inicialmente, la controversia se centro en cuestionar la disonancia fuera realmente un proceso de motivacional que ocasionaba el cambio de actitud. En esta línea, la teoría de la autopercepción, reinterpreta los resultados de los experimentos con el paradigma de la complacencia inducida aduciendo que no es que se produzca disonancia, sino que las personas infieren sus actitudes a partir de la conducta.
Las continuas revisiones que hasta los años 80 origino la teoría que contribuyeron a reabilitizarla, tanto en su dimensión como en la metodológica. Con el paso del tiempo, la formulación de Festinger de 1957 se ha reafirmado y actualmente los teóricos de la disonancia ya no cuestionan los fundamentos de la teoría original.
Una de las revisiones ms difundidas ha sido la que se conoce como la corriente de new look de la disonancia, esa perspectiva aporto dos conclusiones que deberían cumplirse para que experimentara disonancia: 1) que es la persona que crea su conducta ha originado consecuencias negativas y 2) que la persona crea que es responsable de su conducta, para lo que es imprescindible que se sienta libre al haberla realizado, ya que de otro modo podría justificar su acción por presión externa. Según la teoría de la consistencia del yo, la disonancia se produce cuando la persona realiza un comportamiento que no es coherente con la imagen que tiene de sí misma, es decir, cuando es incoherente con su autoconcepto.
Esta perspectiva, ha prosperado con el apoyo de abundante experimentación en la que se induce sentimientos de hipocresía. Cuando la persona toma conciencia de que se comporta de forma hipócrita y no actúa de acuerdo a sus creencias experimenta disonancia.
Aplicando las teorías sobre actitudes y conducta
La aplicación de la teoría de la aplicación razonada y la teoría de la acción de planifica puede ser de gran utilidad para implantar o fomentar conductas deseables, como las relacionadas con la salud.
El desarrollo de la teoría de la disonancia cognitiva ha puesto de manifiesto la influencia que tiene el comportamiento realizado sobre actitud. La investigación ha demostrado que cuando una persona realiza una conducta, aunque sea de mínima importancia, como podría ser asistir a una reunión de una asociación de alcohólicos anónimos, es más probable que acepte realizar conductas más costosas relacionadas con esa primera conducta.   

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