jueves, 20 de septiembre de 2012

tema 13 psi social


TEMA 13 PROCESOS GRUPALES Y RELACIONES INTERGRUPALES

¿QUÉ ES UN GRUPO?

Todo grupo implica en mayor o menor medida:
  • la existencia de una identidad social compartida
  • una cierta interdependencia entre los miembros del grupo y
  • la formación de una estructura social y de roles.
Se dice que existe una identidad social compartida cuando una serie de personas se consideran parte de un grupo. La pertenencia a un determinado grupo étnico, religioso o de género determina en gran medida nuestra existencia y la forma en la que los demás nos perciben.
Desde el punto de vista de la interdependencia, un grupo estaría constituido por “un conjunto de personas que interactúan de forma regular, tienen vínculos afectivos, comparten un marco de referencia común y son interdependientes conductualmente”.
Finalmente, desde el punto de vista de la estructura, cabría definir un grupo como “un sistema organizado de dos o más individuos que llevan a cabo alguna función, relaciones de rol entre sus miembros y un conjunto de normas que regulan la función.

LA INFLUENCIA DEL GRUPO SOBRE SUS MIEMBROS

Saber en qué consiste exactamente esta influencia, y cuándo y bajo qué condiciones se produce no es tarea fácil: la creación de las normas grupales, la tendencia al conformismo, el grupo como agente del cambio de actitudes y la línea de investigación basada en el “grupo mínimo”: demuestra que cuando se consigue que las personas se consideren como miembros de un grupo, aunque sea bajo criterios sin importancia, inmediatamente se produce favoritismo endogrupal.
En otras ocasiones, la persona adopta la postura del grupo simplemente por llevarse bien con los otros, por evitar conflicto o por no ser rechazado. Al primer tipo de influencia se le suele llamar influencia informativa y al segundo influencia normativa.
LA INFLUENCIA INFORMATIVA
Cuando no estamos seguros de cuál es la respuesta correcta en una determinada situación tratamos de observar lo que hacen los demás y hacer lo mismo suponiendo que será lo correcto. El individuo considera a los otros como mediadores entre él y la realidad, es decir, como instrumentos de percepción y de juicio, o como sustitutos de los instrumentos de los que él no dispone.
LA INFLUENCIA NORMATIVA
Dentro de los grupos existe una norma implícita que todos hemos aprendido desde pequeños: aquel que se aparta demasiado del grupo es ignorado, rechazado o agredido. El individuo se conforma a la opinión o norma del grupo con objeto de mantener unas buenas relaciones con los demás, debido al motivo básico de pertenencia.

PROCESOS GRUPALES

FORMACIÓN Y DESARROLLO DE LOS GRUPOS
Los grupos no son estáticos. Se crean en un momento dado respondiendo a una serie de necesidades, evolucionan a lo largo del tiempo y, en muchas ocasiones, acaban desapareciendo o transformándose en grupos diferentes. El modelo de Worchel señala que existen 6 estadios:
  1. fase de descontento
  2. acontecimiento desencadenante: se produce un acontecimiento que agudiza las tensiones y provoca la divisón del grupo.
  3. identificación grupal: primera fase en la formación de un nuevo grupo.
  4. productividad grupal
  5. individualización: la cohesión grupal empiza a disminuir y comienzan a aparecer subgrupos.
  6. Declive: algunos miembros deciden marcharse mientras que otros exigen cambios en el grupo. Si dichos cambios no son aceptados se pasaría al primer estadio del modelo (descontento) y el ciclo volvería a comenzar.
COHESIÓN GRUPAL (unión)
La cohesión como atracción
  • atracción mutua entre los miembros del grupo
  • atracción hacia las actividades realizadas por el grupo
  • atracción hacia los objetivos del grupo
  • la atracción hacia la pertenencia a un grupo en concreto
  • atracción hacia las recompensas que se consiguen formando parte del grupo.
Estas razones pueden darse por separado o de forma simultánea. Lógicamente, cuantas más de ellas coincidan, mayor será la cohesión existente en un grupo.
Cohesión y categorización
Cuando nos consideramos como miembros de un grupo se producen varios efectos importantes.
  • En primer lugar, tendemos a ver a los miembros de nuestro grupo parecidos a nosotros mismos. A la vez, tendemos a incrementar las diferencias existentes con los miembros de otros grupos.
  • En segundo lugar, tiende a producirse lo que se denomina “favoritismo endogrupal”
  • finalmente, categorizarse como miembro de un grupo implica percibir el mundo en términos “grupales”.
LA FORMA DE DECISIONES DEL GRUPO
El pensamiento de grupo
El concepto de pensamiento de grupo trata de explicar por qué en ocasiones ciertos grupos, a pesar de estar formados por personas altamente cualificadas, se empeñan en una forma de pensar rígida que les lleva a tomar decisiones catastróficas y alejadas de la realidad, haciendo caso omiso de informaciones que podrían haberles ayudado a tomar una decisión correcta.
Entre los antecedentes del pensamiento de grupo cabe distinguir:
  1. la existencia de una alta cohesión grupal
  2. la existencia de defectos estructurales en la organización como el aislamiento del grupo o la existencia de un liderazgo autoritario y,
  3. la existencia de un contexto situacional provocativo como una amenaza externa o una situación de baja autoestima colectiva dentro del grupo debida a fracasos anteriores
entre los síntomas del pensamiento de grupo podemos señalar:
  • la sobreestimación del grupo
  • la cerrazón mental
  • las presiones hacia la uniformidad, caracterizadas por la presión y ridiculización de aquellos integrantes que no se muestran de acuerdo con la decisión.
Finalmente, entre los fallos en la toma de decisión a los que conduce el pensamiento de grupo se pueden mencionar:
  • la consideración, tan sólo, de la alternativa y los objetivos preferidos inicialmente, descartando sin mucha reflexión otras alternativas posibles.
  • El análisis insuficiente de los posibles riesgos de la elección
  • los sesgos en el procesamiento de la información, y
  • el no desarrollar planes alternativos para el caso de que surja un problema en el plan inicial.
Janis propone una serie de medidas que se centran en la creación de diversos subgrupos que evalúen por separado todas las alternativas, tratar de fomentar la imparcialidad del líder, y recurrir a expertos o colegas cualificados que no sean miembros del grupo, estimulándoles a que pongan en cuestión las decisiones.

LAS RELACIONES INTERGRUPALES

EL CONFLICTO INTERGRUPAL: DEFINICIÓN Y CLASES
Cuando dos grupos, sociedades o naciones perciben que sus objetivos, intenciones y/o acciones son mutuamente incompatibles. En los conflictos de baja intensidad, la competición no abarca todos los aspectos de las relaciones entre los grupos. No obstante, si la situación no se resuelve en un tiempo prudencial existe el riesgo de que se transforme en un conflicto de alta intensidad.



LA TEORÍA REALISTA DEL CONFLICTO GRUPAL
Bajo esta denominación se sostiene que el conflicto intergrupal está originado por una competición real entre los grupos con el fin de acceder a recursos escasos. Las teorías realistas del conflicto comparten tres premisas básicas:
  1. que el ser humano es egoísta y trata de obtener los mayores beneficios posibles.ç
  2. que el conflicto surge cuando están en juego intereses incompatibles, y
  3. que los procesos psicosociales que acompañan al conflicto surgen de la existencia de intereses contrapuestos y no al revés.
Los trabajos de Sherif
la teoría realista proporciona una explicación sólida del conflicto intergrupal y de los fenómenos psicosociales que lo acompañan. Sin embargo, dicha explicación es aplicable principalmente a las relaciones entre grupos de similar estatus que tienen, además, un carácter cerrado. Por otra parte, la rivalidad y la discriminación hacia otros grupos se produce con anterioridad a cualquier tipo de competición real o instrumental entre ellos.
LA TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL (TIS)
Esta teoría parte de la afirmación de que todas las personas tratamos de alcanzar y mantener una identidad social positiva. Dicha identidad está formada por aquellos aspectos del autoconcepto del individuo que proceden de las categorías sociales (grupos) a las que pertenece.
Otros conceptos clave de la TIS aplicada a las relaciones intergrupales son los de movilidad y cambio social. En una determinada sociedad predominan las creencias de movilidad social cuando las personas que viven en ella están convencidas de que es posible cambiar de grupo con cierta facilidad cuando su grupo de origen no logra satisfacer su necesidad de una identidad social positiva. Por el contrario, predominarían las creencias de cambio social cuando las personas perciben que el abandono, de forma individual, de su grupo de pertenencia es casi imposibles.
Cuando la persona no está satisfecha con su grupo de origen pero no puede abandonarlo fácilmente podría adoptar dos estrategias con el fin de salvaguardar su identidad social positiva: la creatividad social y la competición social:
  • mediante la creatividad social la persona puede buscar una dimensión de comparación nueva que le permita salir favorecida con respecto al exogrupo.
  • La competición social se produce cuando los miembros de un grupo deciden buscar su distintividad positiva tratando de superar al exogrupo en aquella dimensión en la que eran inferiores a él.
La estrategia de movilidad individual y algunas formas de creatividad social pueden evitar el conflicto intergrupal a pesar de existir competencia por recursos escasos. Sin embargo, la movilidad individual destruye la solidaridad del grupo subordinado y no proporciona una solución contra la identidad social negativa para el grupo en su conjunto. La creatividad social puede evitar también el conflicto y restaurar una identidad grupal positiva.
EL MODELO DE LOS 5 ESTADIOS
Las 5 etapas por las que pasan las relaciones intergrupales serían las siguientes:
  1. relaciones intergrupales claramente estratificadas. En esta fase está clara la existencia de dos grupos, uno de los cuales ocupa una posición dominante sobre el otro. Entre ellos existen barreras insalvables.
  2. Emergencia de una ideología social individualista. Sigue persistiendo la estratificación. Sin embargo, debido al progreso relativo de la sociedad en cuestión, empieza a estimarse la “valía” o logros personales de los individuos y empieza a pensarse que es posible la movilidad social.
  3. Movilidad social. En esta fase los miembros más competentes de los grupos desfavorecidos intentan cambiar de grupo. La motivación para hacerlo radica en la búsqueda de una identidad social positiva.
  4. Surgimiento de la conciencia. El ascenso individual de algunos miembros del grupo desfavorecido contribuye a mantener el statu quo. Esto sucede principalmente por dos razones. En primer lugar, porque hace ver a los miembros del grupo subordinado la “injusticia” del sistema existente. En segundo lugar, porque priva al grupo subordinado de los líderes potenciales que podrían fomentar el conflicto.
  5. Relaciones intergrupales competitivas. Esta “conciencia” nacida en el grupo desfavorecido da lugar a intentos de mejorar su posición con respecto al grupo dominante.
Una vez llegados a este punto el conflicto intergrupal puede terminar de tres maneras posibles:
  • si la relación de poder entre el grupo subordinado y el dominante no consigue ser cambiada, se volvería a la etapa 2 y el ciclo seguiría de nuevo.
  • El grupo dominado puede “dar la vuelta a la tortilla”. Entonces se volvería a la etapa 2 pero con una inversión de papeles entre los dos grupos
  • los grupos pueden alcanzar una relativa igualdad de poder.
EL CONFLICTO INTRATABLE
Los conflictos intratables son aquellos que reúnen las siguientes características:
  • persisten durante largo periodo de tiempo
  • en ellos las partes implicadas se perciben como irreconciliables
  • ciertos estamentos de los grupos implicados tienen interés en la continuación del conflicto.
  • Son violentos, aunque en ellos se alternan periodos de guerra abierta con periodos en que la violencia está más o menos latente.
  • Son de tal naturaleza que cuando un grupo gana, el otro necesariamente pierde.
  • Son totales, es decir, existe la percepción de que el conflicto es vital para la supervivencia de cualquiera de lso grupos y, como consecuencia de todo ello,
  • ocupan un lugar central en la vida de las personas y grupos implicados.
Un ejemplo de este tipo de conflicto es el que viene desarrollándose desde hace décadas entre árabes e israelíes. La asunción básica con respecto al conflicto intratable es que cualquier sociedad implicada en él necesita desarrollar una serie de mecanismos militares, políticos, económicos y psicológicos que la ayuden a afrontar con éxito la situación. Las creencias societales contribuyen a dar una unidad de la especificidad a los miembros de la sociedad en cuestión. Las creencias societales cumplen 2 funciones, una cognitiva y otra motivacional. En su faceta cognitiva sirven como explicaciones, justificaciones y guía de las acciones emprendidas durante el conflicto. En su faceta motivacional inspiran, motivan y dan coraje a los miembros del grupo para continuar en la lucha.

LA REDUCCIÓN DEL CONFLICTO INTERGRUPAL

EL CONTACTO INTERGRUPAL
Existen una serie de requisitos que contribuyen a que el contacto intergrupal sea eficaz:
  1. que el contacto esté apoyado institucionalmente. Quienes ocupan posiciones de autoridad deberán proporcionar incentivos o recompensas si se cumplen los objetivos propuestos.
  2. Que los contactos no sean esporádicos sino que tengan una frecuencia, duración y cercanía suficientes.
  3. Que las personas que interactúan tengan un estatus similar. Esto es importante porque las diferencias de estatus distorsionan la relación y refuerzan los estereotipos previos que se tienen hacia el grupo minoritario.
  4. Que los contactos se produzcan en situaciones de cooperación. En caso contrario, el contacto intergrupal, más que reducir, puede aumentar el conflicto intergrupal.
Otra prometedora línea de investigación basada en la hipótesis del contacto es la denominada “hipótesis del contacto extendido”, que sostiene que el mero hecho de conocer u observar que un miembro de nuestro grupo mantiene una relación estrecha con un miembro del exogrupo puede contribuir a la mejora de las actitudes intergrupales.
LA REDUCCIÓN DEL CONFLLICTO DESDE LA TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL (TIS)
Desde esta perspectiva habría 3 procesos que tenderían a reducir el conflicto intergrupal:
  1. la descategorización, que consiste en procurar que los miembros de los grupos discriminados sean percibidos por los miembros del grupo mayoritario como individuos y no como miembros de un grupo sobre el cual existen estereotipos negativos.
  2. La categorización cruzada, que consiste en resaltar las categorías comunes de pertenencia que pueden tener los miembros de dos grupos enfrentados.
  3. La recategorización consiste en tratar de crear una nueva categorización que englobe conjuntamente a los miembros del exogrupo y del endogrupo.

tema 12 psi social


TEMA 12 AUTOCONCEPTO E IDENTIDAD SOCIAL

EL AUTOCONCEPTO

¿QUÉ ES EL AUTOCONCEPTO?
Es la idea o imagen que el individuo tiene de sí mismo, lo que sabe de sí mismo. El autoconcepto global de una persona está formada por los distintos roles que desempeña, los contextos en los que se desenvuelve, las actividades que realiza, los rasgos que posee, el estado de ánimo que presenta en cada ocasión, etc. Debido a la complejidad y a la falta de acuerdo sobre una sola definición, se distinguieron 5v tipos de definiciones del autoconcepto que recogen las distintas descripciones que se han formulado de éste término:
  1. como toda la persona en general.
  2. Como personalidad.
  3. Como experiencia subjetiva.
  4. Como creencias sobre uno mismo.
  5. Como agente ejecutor.
CONOCERSE A UNO MISMO: EL AUTOCONOCIMIENTO
Es la comprensión de cómo es uno mismo y de cómo son las propias metas y habilidades. Para alcanzar esa comprensión necesitamos organizar la información que tenemos sobre nosotros mismos, y para ello recurrimos a los auto-esquemas. Esto hace que si nos encontramos en la vida con algún acontecimiento negativo, tengamos el suficiente número de recursos (auto-esquemas) a los que acudir para encontrar alguno que nos haga sentirnos bien. Sin embargo, los auto-esquemas excesivamente extremos pueden producir consecuencias aversivas para el individuo.
Pero, independientemente de cómo nos representemos esa información sobre nosotros mismos, ¿cómo podemos llegar al conocimiento de cómo somos realmente? Una de las formas es haciendo inferencias sobre nuestro comportamiento. Basándose en este principio, Bem desarrolló la teoría de la autopercepción. En ocasiones, las atribuciones que hacemos sobre las causas de nuestra conducta pueden cambiar debido a la influencia de agentes externos.
Una segunda forma de adquirir autoconocimiento es comparándonos con los demás. La teoría se centra en cómo las personas aprenden sobre sí mismas a través de la comparación con otros. “ brillar con la gloria ajena”. Se trata de una tendencia a aliarse o a fortalecer la alianza con personas o grupos deseables por algún motivo para mejorar la impresión que los demás tienen de uno mismo.









¿CÓMO SE FORMA Y SE MODIFICA EL AUTOCONCEPTO?
La teoría de la auto-discrepancia
cuando se producen diferencias entre cómo creemos que somos y cómo nos gustaría ser, o cómo creemos que deberíamos ser, nos solemos sentir incómodos y tratamos de reducir la disonancia. Esta teoría postula otros autoconceptos diferentes que servirían de guía a las personas para comparar el autoconcepto real con esos otros tipos de autoconcepto y solventar las posibles discrepancias entre ellos. Estas “guías” tienen principalmente dos funciones:
  1. son incentivos para nuestro comportamiento futuro.
  2. Operan como un criterio de comparación de nuestro autoconcepto real.
Estos otros autoconceptos son:
  1. autoconcepto ideal: cómo nos gustaría ser.
  2. Autoconcepto responsable: cómo creemos que deberíamos ser
  3. autoconcepto potencial: cómo pensamos que podemos a llegar a ser
  4. autoconcepto esperado: cómo esperamos ser en el futuro.
Pero además, estos múltiples autoconceptos se pueden considerar desde dos puntos de vista: el nuestro y el de alguna otra persona significativa para nosotros. Cinco supuestos en los que se fundamenta la teoría de la auto-discrepancia:
  1. las personas estamos motivadas para conseguir que nuestro autoconcepto real se aproxime a otros autoconceptos que consideramos relevantes en un momento determinado.
  2. Una auto-discrepancia es una estructura cognitiva que interrelaciona distintos tipos de autoconcepto discrepantes entre sí.
  3. Las discrepancias entre distintos tipos de autoconcepto provocan diferentes situaciones psicológicas negativas asociadas a estados emocionales/ motivacionales concretos.
  4. La probabilidad de que una auto-discrepancia produzca malestar psicológico depende de la facilidad con la que sea activada en la mente de la persona.
  5. Cuanto mayor sea la magnitud y la accesibilidad de un tipo de auto-discrepancia para un individuo, más sufrirá la clase de malestar asociado con ese tipo de auto-discrepancia.
Como consecuencia, cuanto menor sea la discrepancia entre los distintos tipos de autoconcepto, más positivo será nuestro estado emocional, ya que hemos alcanzado alguna de nuestras guías. Cuando pensamos que nuestros deseos y esperanzas personales no se han cumplido experimentamos insatisfacción, tristeza, depresión y decepción. Sin embargo, si creemos que no hemos cumplido los deseos y esperanzas que otros tenían sobre nosotros, experimentamos vergüenza y consternación.






El yo espejo
Con éste termino se denomina el fenómeno que consiste en vernos a través de los ojos de los demás, como si nos estuviéramos mirando en un espejo. Percibimos que en la mente de los demás existe bel pensamiento o la imagen de nuestra apariencia, comportamiento, metas, deseos, características, etc., y por lo tanto, nos vemos afectados por ello. Las personas se sienten afectadas por lo que piensan los grupos en general. Por ejemplo, aunque alguno de nuestros amigos nos considere inteligentes, no nos veremos así hasta que estemos seguros de que los profesores, nuestros padres, y la sociedad, nos consideran de esa forma.
Sin embargo, las personas no tendemos a vernos tal como nos ven los demás, sino como pensamos que nos ven. De esta forma, en primer lugar tienen una imagen de sí mismos y, en segundo lugar, creen que los demás les ven tal como se ven a sí mismos. Resumiendo, nos vemos a nosotros mismos como pensamos que nos ven los demás, en lugar de como nos ven realmente, y, al mismo tiempo, la valoración que hacemos de nosotros mismos es, precisamente, lo que influye en cómo creemos que nos evalúan los demás. Las personas con alta autoestima son más precisas son más precisas a la hora de conocer cómo les ve su pareja y ven en ella una fuente de apoyo de su autoconcepto. Las personas con baja autoestima tienen más dudas y temor al rechazo de su pareja.
En esta línea, resulta interesante el “fenómeno Miguel Ángel”, mediante el cual el autoconcepto se modifica a través del comportamiento de la pareja. En este caso, uno de los miembros de la pareja es el responsable consciente de que el otro modifique su autoconcepto. Se produce un cambio del autoconcepto para llegar a ser ese yo “ideal”. Así, ambos miembros de la pareja se “esculpirían” el uno al otro hasta conseguir que cada uno se convierta en su yo “ideal” gracias al otro.
MOTIVOS QUE AFECTAN AL CONOCIMIENTO SOBRE UNO MISMO
Se han identificado hasta la fecha al menos 3 motivos que nos impulsan a buscar información sobre cómo somos y sobre la forma en que nos ven los demás:
la autoevaluación
es el motivo que nos lleva a buscar información precisa sobre nosotros mismos y a revisar críticamente todos aquellos componentes que forman parte de nuestro autoconcepto: habilidades, limitaciones, comportamientos, creencias, sentimientos, etc. La autoevaluación se puede contemplar desde dos puntos de vista: uno más centrado en la valoración positiva o negativa del yo, y otro en el que se tiene en cuenta el grado en el cual las circunstancias, los contextos, y cada situación influyen en la evaluación que las personas hacen de sí mismas.
Las personas pueden utilizar 3 tipos de estrategias para mantener una autoevaluación positiva:
  • mediante comparación social: las personas desean mantener una autoevaluación positiva, si nos sentimos mal, compararnos con personas inferiores a nosotros en cualquier aspecto puede ayudar a que nos sintamos mejor.
  • A través de la reducción de la incertidumbre: al activar el autoconcepto y su autoevaluación se puede generar una incertidumbre sobre cómo somos realmente, y tratamos de reducirla comparándonos con los demás.
  • Por la expresión de valores: nos proporciona herramientas para conocernos y evaluar la información que tenemos de nosotros mismos. La autoafirmación es el ejemplo más claro de la expresión de valores como estrategia para mantener una autoevaluación positiva.
La autoverificación
Es la motivación para confirmar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Afirma que a las personas nos gusta que los demás nos vean como nos vemos nosotros mismos. Según la teoría de la autoverificación, debido a la necesidad de coherencia psicológica, nos gusta que los demás nos digan y/o piensen que somos tal y como creemos que somos.
Existen dos formas de buscar la coherencia: conductual y cognitiva. Para lograr la coherencia de modo conductual podemos hacer uso de tres estrategias:
  1. buscar una interacción de forma selectiva, estableciendo relaciones con las personas que sepamos que nos ven tal y como nos vemos nosotros mismos.
  2. Mostrar señas claras de identidad para que se reconozca más fácilmente cómo somos, como vestirnos o peinarnos de una manera determinada.
  3. Aumentar nuestros esfuerzos para elicitar información auto-confirmatoria, como solicitar feed-back sobre nosotros mismos en relación con aquellas características que estamos seguros de poseer.
Para lograr la coherencia de manera cognitiva desarrollamos una percepción de la realidad compatible con cómo nos vemos nosotros mismos, y podemos hacerlo mediante tres estrategias:
  1. por atención selectiva. Estamos especialmente motivados para buscar feedback que confirme nuestras creencias acerca de cómo somos, y nos mostramos particularmente atentos a este tipo de información.
  2. Por el recuerdo selectivo. Recordamos mejor la información que confirma la imagen que tenemos de nosotros mismos.
  3. Por la interpretación selectiva. Damos mayor validez al feedback que confirma nuestra autoimagen.
El autoensalzamiento.
Es la motivación para obtener y/o mantener evaluaciones positivas de uno mismo. Sostiene que estamos motivados para mantener un autoconcepto positivo, y que la necesidad de autoensalzamiento aumenta cuanto mayores son los deseos de pensar favorablemente sobre uno mismo.
Un ejemplo de autoensalzamiento es el optimismo poco realista, también llamado “optimismo ilusorio” y “sesgo optimista”. Es el proceso por el cual las personas creen que para ellos será más probable experimentar situaciones positivas. Esto las hace sentirse más felices. Pero ese sesgo suele ir acompañado de otro cuyo efecto no es tan beneficioso: la “ilusión de invulnerabilidad”, que lleva a esas personas a pensar que tendrán menos probabilidades de experimentar situaciones negativas en comparación con otras personas similares, lo que produce una mayor tendencia a llevar a cabo conductas arriesgadas.
EL COMPONENTE EVALUATIVO DEL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO: LA AUTOESTIMA
Es la actitud del individuo hacia sí mismo, es decir, la valoración que cada persona hace de todo lo que está incluido en su autoconcepto a lo largo de una dimensión de positividad-negatividad. Dependiendo de con quién nos comparemos, ganar o perder en esa comparación hará que nuestra autoestima sea más positiva o más negativa.
Otro factor muy relacionado con la autoestima es la identificación grupal , si se sienten identificadas con dichos grupo. Una de las formas de conseguir o aumentar una autoestima positiva es el autoensalzamiento. Se ha llegado a afirmar que las personas que no muestran esta motivación, o que no lo hacen correctamente, son tendencias a la depresión e incluso a las enfermedades mentales.
Algunos estudios defienden que la baja autoestima es la causa de determinados comportamientos antisociales, como el crimen, la delincuencia, la drogadicción, etc. Sin embargo, otros apoyan que la baja autoestima no es la causa, sino la consecuencia.

DEL AUTOCONCEPTO A LA IDENTIDAD SOCIAL

No podríamos llegar a un conocimiento completo de cómo somos si no incluimos en el autoconcepto nuestra pertenencia grupal, lo que sentimos por dichos grupos, y la influencia que tienen sobre nuestras creencias, sentimientos, percepciones, comportamientos, etc., es decir, la identidad social.
¿QUÉ ES LA IDENTIDAD?
“La identidad es una construcción altamente personal desarrollada a través de la integración de varias identificaciones y des-identificaciones con otras personas significativas y grupos de referencia, y una construcción social generada a través de la interiorización de roles y de reflejo de las valoraciones de otros”. Según esto, la identidad es un conocimiento que se construye:
  1. de manera principalmente personales
  2. teniendo en cuenta otra personas y/o grupos con los cuales el individuo se siente identificado, pero también aquellos con los que no.
  3. incluyendo el rol o roles que el individuo desempeña en un momento determinado y/o a lo largo de su vida
  4. en un contexto relacional. Es decir, influida por las reacciones, pensamientos, etc., que los demás tienen de nosotros, así como por la importancia que damos a esas reacciones o pensamientos.
¿QUÉ ES LA IDENTIDAD SOCIAL?
Es una clase específica de identidad. Hay dos tipos de identidades que definen a su vez distintos tipos de autoconcepto:
  1. identidad personal: define el autoconcepto en términos de rasgos y relaciones personales
  2. identidad social: es la parte del autoconcepto que deriva de la pertenencia a grupos sociales.
A finales de los años 90, se pasó de considerar esta doble dimensión a una triple:
  1. autoconcepto individual. Incluye las características personales que diferencian a una persona de otras.
  2. Autoconcepto relacional. Se refiere a relaciones diádicas con otras personas que son significativas para nosotros.
  3. Autoconcepto colectivo. Viene definido por la pertenencia grupal y diferencia el “nosotros” del “ellos”.
LA TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL (TIS)
La conducta asociada con los procesos abordados por la TIS fue enmarcada en la teoría de la autocategorización del yo. Son tres los conceptos básicos de la TIS, la idea básica de la teoría es que las personas se categorizan a sí mismas como pertenecientes a la vez a diferentes grupos o categorías sociales.
La categorización social
es un proceso cognitivo por el cual se agrupan objetos,personas o acontecimientos que se consideran equivalentes. Es a través de la categorización como los individuos construyen su identidad social. En el caso de que los sujetos no se encuentren satisfechos con su identidad social, pueden recurrir a diversas estrategias para mejorarla.
La identidad social
Se refiere a “la parte del autoconcepto individual que deriva del conocimiento de la pertenencia a un grupo social junto con el significado emocional y valorativo que conlleva dicha pertenencia”. El conocimiento de la pertenencia al grupo y el significado valorativo incluidos en la definición se adquieren gracias a los procesos de comparación social que se producen entre el grupo al cual pertenece cada individuo y aquellos a los que no pertenece.
De acuerdo con la TIS, las personas se definen a sí mismas en función de la pertenencia a un grupo y tienden a mantener o conseguir una identidad social positiva mediante la comparación de su grupo con otros. Ahora bien, la identidad social positiva en una comparación social se puede alcanzar por la distinción positiva del propio grupo ante otros.
La comparación social
Es el proceso por el cual las personas tienden a compararse a sí mismas con otras. Por lo tanto, no sólo se trata de ser diferente, sino también hay que ser mejor.
LA TEORÍA DE LA AUTOCATEGORIZACIÓN
Esta teoría trata de explicar cuál es el proceso que lleva a las personas a incluirse en una u otra categoría. En qué categoría se incluyan en cada momento dependerá de las circunstancias sociales en las que se encuentren.
La Teoría de la categorización del yo pone su foco de atención en cómo las personas son capaces de llegar a actuar como un grupo.
Según la teoría, las categorizaciones que forman el autoconcepto se hallan en tres niveles distintos de abstracción: el supraordenado, que es más amplio o abstracto, el intermedio, que correspondería a la identidad social, y el subordinado, que es el de menor inclusividad y correspondería a la identidad personal.
El comportamiento grupal sería entonces, según Turner, un cambio en el nivel de anstracción, llevando a una despersonalización pero sin perder la identidad individual, es decir, sin que se eliminen todos los procesos que influyen en la formación y desarrollo del autoconcepto. Esto hace que se defina a las personas del propio grupo o de otros grupos en términos del prototipo, es decir, de las características típicas asociadas con la pertenencia al grupo.
Esto ocasiona que nuestro autoconcepto pueda ser cambiante y a la vez estable.

LA RELACIÓN ENTRE IDENTIDAD PERSONAL E IDENTIDAD SOCIAL

Desde la perspectiva tradicional de la TIS, la identidad personal y la identidad social se han considerado como dos aspectos separados del autoconcepto global del individuo. Mientras que la identidad personal se refiere a la autodefinición del individuo como único y diferente a los demás, la identidad social alude a la parte del autoconcepto definida por las categorías sociales a las que se pertenece.
En algunos contextos, el individuo puede estar tan conectado con el grupo que la barrera yo-otros se vuelve difusa y el grupo es considerado como una exteriorización de uno mismo. En estas circunstancias, las personas equiparan el bienestar del grupo con su propio bienestar y perciben las metas y prioridades del grupo iguales a las suyas. Es lo que se ha denominado fusión de la identidad. La fusión de la identidad presupone un alto grado de identificación con el grupo. Sin embargo, incluye un sentimiento de “unidad” con el grupo que elimina las barreras entre “uno y otro” y distingue a los miembros fusionados de los miembros que están simplemente identificados. La fusión cambia las prioridades de los miembros del grupo hasta el punto de que se preocupan más de los resultados del grupo que de los suyos propios. La equivalencia percibida entre los resultados personales y los del grupo tiene dos implicaciones importantes: por una parte, las personas fusionadas estarán preparadas para realizar sacrificios extraordinarios por el grupo y, por otra, la concepción que las personas tienen de sí mismas y del grupo estarán dinámicamente relacionadas, hasta el punto que las amenazas a una de las partes disparará esfuerzos para apuntalar la otra parte.

tema 11 psi social


TEMA 11 EL ESTUDIO PSICOSOCIAL DEL PREJUICIO

ALGUNAS CLAVES SOBRE EL PREJUICIO DESDE LA PERSPECTIVA PSICOSOCIAL.

El estudio más extendido del prejuicio tiene una serie de aspectos definitorios que otorgan una especial relevancia al análisis psicosocial de este fenómeno. El primero de ellos es su orientación social: se trata de un fenómeno que se origina en los procesos grupales, y que está inevitablemente unido al contexto de las relaciones entre grupos ya que:
  • va dirigido a grupos
  • tiene una orientación socialmente compartida, y
  • al dirigirse de unos grupos a otros, tiene una naturaleza claramente intergrupal.
El segundo aspecto es que suele centrarse en los juicios previos negativos o desfavorables, varía en función de la sociabilidad y competencia percibida de los grupos, dando lugar a formas de prejuicio diferentes: paternalista, despectivo o envidioso. La consideración del prejuicio como actitud negativa ha sido muy común. Allport lo concibe como “una antipatía u hostilidad basada en una generalización defectuosa o inflexible”, o Ashmore, que define el prejuicio como una “ actitud negativa hacia un grupo definido socialmente y hacia cualquier persona percibida como miembro de ese grupo”.

EVOLUCIÓN Y TENDENCIAS EN EL ESTUDIO PSICOSOCIAL DEL PREJUICIO RACIAL: TRES CORRIENTES

Como señala Dovido, “la naturaleza y expresión del prejuicio y el racismo dependen de diversos procesos dinámicos”. Propone que es posible identificar tres “corrientes” en el análisis psicosocial del prejuicio racial, que reflejan las diferentes asunciones y paradigmas que han imperado a lo largo de los años.
La primera investigación entre 1920 y 1950, representa el prejuicio como una psicopatología, una aberración peligrosa del pensamiento normal. En 1950 el prejuicio era considerado un tipo de “cáncer social”.
La segunda corriente de 1950 a 1990, comienza con una asunción opuesta: el prejuicio está basado en procesos normales, no en procesos anormales. Así, surgen en los años 70 dos importantes aproximaciones. Por una parte, a un nivel macro, la de la teoría de la identidad social, que ponía de manifiesto el importante papel que desempeñan la categorización, la identidad social y la personal en los procesos subyacentes al prejuicio.
En la segunda aproximación de esta segunda corriente, a un nivel más micro, el desarrollo de nuevas teorías e instrumentos en la investigación sobre cognición social enfatizaban la normalidad del prejuicio. En esta etapa la cuestión clave es ¿ quién no es prejuicioso realmente? En este periodo surgen teorías basadas en sesgos sutiles y no intencionados, como el racismo simbólico o el racismo aversivo, entre otras.
La tercera corriente en la investigación del prejuicio, que comienza a mediados de la década de 1990 y caracteriza la mayor parte de la investigación actual, enfatiza los aspectos multidimensionales del prejuicio y se beneficia de nuevas técnicas para estudiar procesos que antes ya se habían identificado pero no se podían medir, permite el desarrollo de aproximaciones dirigidas a combatir las formas sutiles de prejuicio.
De este modo, ahora se comprenden mejor las consecuencias de la estigmatización como más dinámicas y complejas, y se investiga ampliamente cómo los grupos objeto de prejuicios se adaptan y afrontan la estigmatización.

ENFOQUES Y CONCEPCIONES EN EL ESTUDIO DEL PREJUICIO DESDE LA PSICOLOGÍA SOCIAL




En esta línea se sitúa la conocida “teoría de la personalidad autoritaria”, según esta teoría, los niños que habían sido objeto de una educación severa y conforme a los códigos morales convencionales experimentaban sentimientos hostiles y agresividad hacia sus padres que desplazaban hacia personas que consideraban más débiles o inferiores. De este modo, estas condiciones familiares crean un tipo de personalidad caracterizada por una excesiva deferencia o admiración hacia los grupos minoritarios o de menor estatus, que se convierten en “chivos expiatorios” sobre los que descargar sus frustraciones.
Una extensión de esta teoría es la del “dogmatismo”, según la cual las características anteriores no son exclusivas de la política de derechas sino que también podemos encontrarla en la extrema izquierda.
El “modelo dual de procesos grupales sobre diferencias individuales en prejuicio”, concibe la personalidad prejuiciosa autoritaria como un fenómeno intragrupal que implica el rechazo de personas percibidas como “desviadas” que amenazan la permanencia o legitimidad de las normas sociales.
En general, los enfoques más utilizados en el análisis de este fenómeno han sido las concepciones del prejuicio como actitud negativa y como conflicto intragrupal.
Respecto a la consideración del prejuicio como actitud, las definiciones clásicas del prejuicio coinciden en conceptualizarlo como una actitud negativa hacia un determinado grupo social o hacia sus miembros por el hecho de pertenecer a ese grupo. Si aplicamos las principales características utilizadas para definir las actitudes al ámbito del prejuicio, podemos considerar los siguientes aspectos clave en éste fenómeno:
  • se trata de un juicio que implica una evaluación cargada afectiva y negativamente.
  • En el que el objeto actitudinal son uno o varios exogrupos y sus miembros
  • es un fenómeno relativamente estable y duradero en el tiempo
  • la actitud prejuiciosa, una vez formada, influirá, mediará y guiará el comportamiento del individuo hacia los miembros de los exogrupos.
El prejuicio, como cualquier actitud, estaría formado por tres componentes:
el componente afectivo: se define por los sentimientos, estados de ánimo y reacciones emocionales que experimentan las personas en relación con los objetos de actitud.
El componente cognitivo: se define por la información o el conocimiento que las personas creen que tienen sobre los objetos actitudinales, es decir, por las creencias. Este componente se denomina estereotipo.
El componente conativo o conductual: hace referencia a la intención de conducta o a las acciones que las personas llevan a cabo en relación con el objeto actitudinal. Este componente ha sido denominado discriminación, y se define como “cualquier conducta que niega a los individuos o grupos de personas una igualdad de tratamiento”. No puede establecerse una relación causa-efecto generalizada entre los tres componentes de las actitudes prejuiciosas.

MODELOS CONTEMPORÁNEOS EN EL ESTUDIO DEL PREJUICIO

Actualmente, en las sociedades occidentales casi nadie reconoce abiertamente ser prejuicioso o rechazar a otros grupos. ¿ significa esto que el prejuicio ha desaparecido? La respuesta es negativa. El prejuicio sigue estando presente. Lo que ocurre es que ahora se valoran ideales democráticos, igualitarios y tolerantes, y se rechazan e inhibe la expresión abierta de actitudes y/o comportamientos discriminatorios en función del sexo, la etnia, la cultura o la religión. Sin embargo, ello no impide que las personas discriminen de forma más sutil e indirecta, o que mantengan sentimientos y estereotipos negativos hacia determinados grupos. Es decir, el prejuicio directo, abierto y manifiesto ha sido sustituido por nuevas formas de prejuicio más encubiertas.
EL PREJUICIO RACIAL
Racismo aversivo
Se basa en el conflicto existente entre la negación por parte de los blancos de ser prejuiciosos y los sentimientos y creencias negativas inconscientes que mantienen hacia los afroamericanos, transmitidos de generación en generación y potenciadas institucionalmente durante muchos años. Estos sentimientos negativos no reflejan una hostilidad manifiesta hacia los negros, sino que incluyen una cierta incomodidad, inseguridad e incluso miedo. Realmente, el racista aversivo muestra un favoritismo endogrupal más que un rechazo exogrupal, lo que es más difícil de reconocer y menos amenazante para su autoconcepto de persona no prejuiciosa. Como la discriminación ocurre en forma de favoritismo endogrupal, es también bastante difícil de abordar legalmente, porque es sutil y no se capta fácilmente. En el marco del racismo aversivo la situación es un factor crítico que afecta a la expresión se sesgos raciales. Éstas serían sus principales características:
  • defienden un tratamiento igualitario y justo
  • a pesar de sus buenas intenciones conscientes, inconscientemente experimentan incomodidad hacia los negros, por lo que intentan evitar contactos interraciales.
  • Cuando el contacto es inevitable, experimentan ansiedad e incomodidad, por lo que tratan de retirarse de la situación en cuanto les es posible.
  • Su incomodidad se debe a la preocupación por comportarse de forma inapropiada y prejuiciosa, se adhieren estrictamente a reglas y códigos de conducta establecidos en las situaciones interraciales que no pueden evitar.
  • De forma consciente tratarán de no discriminar.
El perfil del racista aversivo se corresponde con una persona progresista, que mantiene abiertamente creencias no prejuiciosas, con buenas intenciones hacia las minorías, pero que inconscientemente expresa sentimientos negativos de una manera indirecta, sutil y justificable. En resumen, puede decirse que tanto los “conservadores” como los “liberales” discriminan pero de forma diferente.
Dovidio y Gaertner sugieren diferentes estrategias para combatir el racismo aversivo. En general, ponen de manifiesto que hacer que las personas sean conscientes de su prejuicio es un método muy eficaz para reducirlo en quienes defienden explícitamente principios igualitarios y a la vez poseen sesgos implícitos. A nivel grupal, los autores defienden adoptar la estrategia de la recategorización, consiste en inducir a miembros de grupos diferentes a imaginar que forman parte de un único grupo y no de grupos separados (PELICULA INVICTUS).
Racismo MODERNO
se basa en percibir que los valores de la ética protestante están en peligro. Este tipo de racismo está caracterizado por:
  • la defensa de los valores tradicionales de la ética protestante.
  • La creencia de que los afroamericanos (u otros grupos minoritarios) no respetan estos valores y se aprovechan de la “discriminación positiva”.
  • La existencia de un afecto negativo difuso hacia los miembros de los grupos minoritarios, como consecuencias de largos años de racismo institucional.
Los racistas modernos se caracterizan por:
  • no considerarse racistas, ya que sus creencias son hechos objetivos.
  • Identificar el racismo con las características del prejuicio tradicional
  • considerar que en la actualidad no existe discriminación hacia los grupos minoritarios
  • creer que las demandas de estos grupos son excesivas y que se les da más de lo que se merecen.
El racista moderno otorga una importancia fundamental a la transgresión de los valores anglosajones, es decir, que determinadas políticas a favor de los grupos minoritarios puedan limitar su libertad de elección.
Racismo ambivalente
el concepto de racismo ambivalente insiste en el conflicto emocional que experimentan los estadounidenses blancos al mantener dos actitudes contradictorias fuertemente arraigadas en la sociedad americana. Los racistas ambivalentes experimentan un conflicto emocional entre sentimientos positivos y negativos hacia grupos raciales estigmatizados.
Dicha ambivalencia puede provocar una amenaza a la autoestima, ya que entran en contradicción el autoconcepto de personas igualitarias y humanitarias con los sentimientos negativos experimentados hacia las minorías por no respetar los principios individualistas. Según estos autores, la ambivalencia produce inestabilidad conductual: las respuestas del individuo serán positivas o negativas dependiendo de que la actitud que se active en una situación determinadas sea favorable o desfavorable. Pero además, los racistas ambivalentes exagerarán sus respuestas, esto es, darán respuestas extremas, con el fin de proteger su autoestima.
Modelo de disociación
también recurre al conflicto para explicar la paradoja del prejuicio. Desde este modelo se atribuye el conflicto al desajuste entre las respuestas basadas en estereotipo y las basadas en las creencias personales.
Para Devine, los estereotipos constituyen una forma de conocimiento procedente de la cultura y fuertemente establecida en el individuo desde su más temprana historia de socialización a través de una activación muy fuerte. Por esta razón, los estereotipos pueden activarse de forma automática por la presencia de indicios ambientales relevantes sin necesidad de atención consciente por parte del individuo. Según Devine, las creencias personales son estructuras más recientes y, por tanto, menos accesibles que los estereotipos y requieren de un procesamiento controlado para su activación; es decir, las personas necesitan tiempo y esfuerzo cognitivo para poder acceder a ellas. Devine considera que algunas personas experimentan un conflicto entre sus creencias personales no prejuiciosas y sus respuestas prejuiciosas reales. El conflicto se produce porque las personas no tienen ni el tiempo necesario ni la capacidad cognitiva suficiente par inhibir la activación del estereotipo que se produce de forma automática. Sin embargo, si permitimos a las personas disponer del tiempo y la atención suficientes para acceder a sus creencias personales, sí observaremos diferencia, porque en la personas prejuiciosas hay una coincidencia entre estereotipo y creencias personales, pero no ocurre así en las no prejuiciosas.
Modelo de prejuicio manifiesto y sutil
El primero se corresponde con el prejuicio antiguo o tradicional, y se caracteriza por el rechazo abierto al exogrupo y la percepción de amenaza a los recursos del endogrupo, así como por el rechazo al contacto y a las relaciones interpersonales íntimas o cercanas (intimidad) con el exogrupo. Al igual que el racismo moderno, el prejuicio sutil también se basa, en parte, en una defensa de los valores tradicionales, junto con la percepción de que el exogrupo minoritario no los respeta y está recibiendo favores inmerecidos. Pero además, el racista sutil tiene una percepción exagerada de las diferencias culturales entre el endogrupo mayoritario y el exogrupo minoritario. Esto le permite justificar la situación de inferioridad social del exogrupo, porque percibe una inferioridad cultural en lugar de genética. Por último, el racista sutil evita expresar emociones abiertamente hostiles hacia grupos minoritarios, porque sería socialmente indeseable, pero al mismo tiempo tampoco experimenta emociones positivas hacia ese grupo.









EL PREJUICIO SEXISTA
La Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género entró en vigor en Junio de 2005. su objetivo es: “Actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges, o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.
El sexismo es una actitud basada en una creencia sobre la supuesta inferioridad de las mujeres como grupo. La atención que se comenzó a dedicar al estatus de las mujeres en la década de los 70 inspiró el desarrollo de un instrumento de medida para evaluar las actitudes hacia los roles de género. Se trata de la Escala de Actitudes hacia las Mujeres (AWS).
Centrándonos en instrumentos más recientes que miden el sexismo, cabe destacar la Escala de Ideología de Género, desarrollada en nuestro país con objeto de medir la orientación tradicional y la igualitaria sobre ideología de Género (o sexismo).
Teoría de sexismo ambivalente
Las relaciones entre hombres y mujeres se encuentran caracterizadas por la dependencia entre los miembros de ambas categorías. Esta coexistencia de dependencia e independencia ocasiona que las relaciones entre sexos sean diferentes al resto de relaciones intergrupales.
Este planteamiento defiende la coexistencia de dos tipos de sexismo: hostil y benevolente. El hostil caracteriza a las mujeres como un grupo subordinado y legitima el control social que ejercen los hombres. El benevolente idealiza a las mujeres como esposas, madres y objetos románticos, presuponiendo también la inferioridad de las mujeres, al considerar que necesitan de un hombre para que las cuide y proteja. Ideologías de género hostiles y benevolentes que subyacen a estas dos formas de sexismo.
  1. El patriarcado, o poder estructural masculino. La manifestación ideológica del patriarcado es el paternalismo, es decir, la justificación de la dominación masculina. Esta justificación tiene un lado hostil (el paternalismo dominante) y un lado benévolo (el paternalismo protector).
  • El paternalismo dominante consiste en la creencia de que los hombres deberían tener más poder que las mujeres. Como consecuencia, los hombres experimentan temor por el hecho de que las mujeres puedan usurparles el poder.
  • El paternalismo protector hace referencia a la percepción de que los hombres deben proteger y mantener a las mujeres que dependen de ellos.
  1. La diferenciación existente entre hombres y mujeres. Tiene un componente hostil (diferenciación de género competitiva) y otro benévolo (complementaria).
  • Competitiva: consiste en la creencia subyacente de que, como grupo, las mujeres son inferiores a los hombres en dimensiones relacionadas con la competencia.
  • Complementaria: se basa en que los roles convencionales de las mujeres complementan y cooperan con los de los hombres. Así, el trabajo de las mujeres en la casa les permite a los hombres concentrarse en sus carreras. Esta complementariedad lleva a la creencia de que las mujeres son el “mejor sexo”, pero sólo en los roles convencionales de su género, en los de menor estatus.
  1. La heterosexualidad
  • hostil: incluye la creencia de que las mujeres son “peligrosas y manipuladoras” para los hombres.
  • Intimidad: está basada en la complementariedad y cooperación entre hombres y mujeres, aspectos que conducen a una mayor intimidad con el otro sexo.
Estas creencias ambivalentes han existido desde hace mucho tiempo, independientemente del momento y el lugar.
La ambivalencia se resuelve de dos modos. En primer lugar, dividiendo el objeto de actitud en múltiples objetos de actitud a los que evalúan de modo diferente. Así, los sentimientos ambivalentes se resuelven dirigiendo afecto positivo y negativo hacia diferentes tipos de mujeres. El problema que genera esta opción es que no todas las mujeres encajan fácilmente en estas categorías.
La segunda estrategia utilizada por los sexistas para resolver las actitudes conflictivas hacia las mujeres se pone en marcha cuando consideran un tipo específico de mujer. En este caso, distinguen entre diferentes dimensiones de evaluación (competencia vs. Sociabilidad). Así, los sexistas evalúan negativamente a las mujeres no tradicionales o poderosas, pero a la vez las respetan por ser competentes. Y, a la inversa, a las mujeres tradicionales o subordinadas las evalúan con afecto, pero las perciben incompetentes. Sin embargo, como no se interactúa con estereotipos, sino con mujeres concretas que pueden combinar características de diferentes categorías, lo más probable es que los hombres sexistas experimenten sentimientos ambivalentes hacia mujeres en particular, especialmente hacia aquellas con las que mantienen una vinculación afectiva.

tema 10 psi social


TEMA 10 LOS ESTEREOTIPOS

NOCIONES BASICAS EN EL ESTUDIO DE LOS ESTEREOTIPOS

QUÉ SON LOS ESTEREOTIPOS
En general, los estereotipos se consideran un conjunto de creencias compartidas sobre las características de un grupo social. Así, cuando aplicamos un estereotipo a los miembros de un determinado grupo, lo que hacemos es utilizar las expectativas previas y creencias que tenemos sobre ese grupo, para explicar su comportamiento. Aspectos definitorios de los estereotipos:
  1. simplifican o exageran los rasgos atribuidos a un grupo.
  2. Sirven para justificar o racionalizar las reacciones afectivas y conductuales hacia un grupo.
  3. Al tratarse de estructuras cognitivas, son rígidos y resistentes al cambio, aunque se obtenga información que los desconfirme.
  4. Desde una perspectiva cultural,conviene destacar su carácter consensuado, en la medida en que son creencias compartidas por los miembros de una cultura.
El prejuicio es una actitud que implica, de algún modo, una valoración negativa de los miembros de determinados grupos. El componente cognitivo del prejuicio lo constituyen los estereotipos, que pueden expresarse como las creencias culturales sobre las características de los miembros de un grupo o como las creencias personales sobre esas características.
El concepto de estereotipia se utiliza al grado en el que una persona asume esas creencias estereotipadas y compartidas.
PROCESOS IMPLICADOS EN LA FORMACION Y EL MANTENIMIENTO DE LOS ESTEREOTIPOS.
Se han propuesto diferentes explicaciones sobre el origen de los estereotipos. Una de las más aceptadas defiende que su origen descansa en un proceso cognitivo básico que realizamos de forma automática: la categorización. En este sentido se aplica el termino de categorizacion social para hacer referencia al proceso que permite clasificar a las personas en grupos en función de las características que tienen en común.
La categorizacion de las personas por su pertenencia grupal genera diversos efectos automáticos, que afectan a los procesos cognitivos, afectivos y motivacionales. Uno de estos efectos cognitivos se denomina homogeneidad exogrupal, y consiste en un sesgo que lleva a percibir a los miembros del otro grupo -exogrupo- más semejantes entre sí, y a los miembros del grupo al que pertenecemos -endogrupo- de forma mas diferenciada.
Los estereotipos se aprenden a través del proceso de socialización y su transmisión se produce de diversas formas. Podemos adquirirlos a través de nuestros padres, amigos, o los medios de comunicación, así como a partir de las propias vivencias y experiencias personales con los miembros de otros grupos.
Ahora bien, una vez formados y adquiridos, ¿cuales son los procesos que contribuyen al mantenimiento de los estereotipos? Como hemos indicado, se trata de estructuras rígidas difíciles de modificar, aunque exista información que los desconfirme. En los subtipos de mujer se diferencia entre profesionales, amas de casa, atletas y mujeres sexys; entre los hombres se incluyen machistas, hombres de negocios, atletas y hombres de familia. Así, se ha comprobado que en un contexto profesional, una mujer puede percibirse menos competente si es atractiva que si no lo es.
Se ha comprobado que existe la tendencia a procesar la información congruente con el estereotipo en lugar de la incongruente. Es decir,prestamos más atención a la información que confirma nuestras expectativas previas y no atendemos a la que las contradice, salvo que la incongruencia sea muy fuerte. La correlación ilusoria, es un ejemplo de este proceso consiste en percibir asociaciones entre variables que realmente no están relacionadas.
Una vez, seleccionada la información congruente con los esquemas previos, el estereotipo resulta relativamente útil, no solo para describir a todos los miembros de otros grupos, sino también para guiar nuestro comportamiento hacia ellos, lo que contribuye a configurar esa realidad. De este modo, si el estereotipo d ellos inmigrantes incluye la creencia de que tienen un nivel escolar mas bajo que los españoles, es posible que los profesores se comporten con ellos en función de esa creencia, y éstos disminuyan su rendimiento, tal y como sugiere el proceso de la profecía autocumplida.

LA MEDIDA DE LOS ESTEREOTIPOS

LISTA DE ADJETIVOS
Esta técnica se ha utilizado para averiguar el contenido de los estereotipos. El estudio seminal de este tipo de medida con muestras de estudiantes estadounidenses. Permitió comprobar que el contenido del estereotipo de los estadounidenses blancos era mas positivo que el de los negros.
Este mismo procedimiento ha sido utilizado en múltiples investigaciones.
Es bastante habitual que la lista de adjetivos se obtenga a partir de estudios previos que emplean una técnica de respuesta abierta, pidiendo a los componentes de una muestra que generen libremente características que describen a los miembros del grupo, seleccionándose, posteriormente, aquellos rasgos que se mencionan con mayor frecuencia. Este tipo de técnicas tiene la ventaja de que permite obtener características que no están sesgadas por las creencias previas de los investigadores que elaboran una lista.
ESTIMACIÓN DE PORCENTAJES
El procedimiento consiste en pedir a los participantes del estudio que indiquen el porcentaje de individuos del grupo que posee cada atributo. Por un lado, permite medir de forma escalar la estereotipia y por otro, se puede emplear para comprobar hasta que punto un rasgo o característica se considera estereotípico o no.
LA RAZÓN DIAGNÓSTICA
Se concibe como una medida de estereotipia que permite predecir la probabilidad de asignar una característica más a un grupo que a otro. Para calcular esa razón, se divide el porcentaje de miembros de un grupo que se supone tiene una determinada característica por el porcentaje de personas que, en general, se supone que tienen esa característica. Si la razón obtenida en la muestra es estadisticamente superior a uno, esa característica es importante para representar al grupo. Además de evaluar la proporción en la que un rasgo es estereotiopado o no para un grupo, esta técnica permite obtener una medida individual de estereotipia, a partir de la suma de las razones diagnósticas de los diferentes rasgos estereotipados.
OTRAS MEDIDAS DE ESTREOTIPIA
Las mismas técnicas que se emplean para medir actitudes, tanto implícitas como explícitas, pueden utilizarse para medir estereotipia. Con el diferencial semántico se considera que un rasgo forma parte del estereotipo cuando la media de las puntuaciones asignadas se desvía significativamente de la media teórica. Igualmente, se puede utilizar este procedimiento con escalas de tipo Likert de diferentes rangos.
Por otro lado, se puede calcular un índice de estereotipia individual sumando las puntuaciones en las escalas que definen el estereotipo. tanto el priming como el IAT se han empleado en estudios sobre estereotipos de diferentes grupos.

FUNCIONES DE LOS ESTEREOTIPOS

Se puede afirmar que los estereotipos no sólo reflejan la realidad social, sino que sirven para explicarla y, a veces, contribuyen a crearla. Las funciones de los estereotipos se pueden dividir en dos grandes bloques: las individuales o psicológicas y las sociales. Las funciones psicológicas de los estereotipos no son meramente cognitivas, sino también motivacionales. En la medida que actúan como esquemas sociales, cumplen una función de simplificación de la realidad. Aunque no son ni mucho menos exactos, no hay que descartar la existencia de un “fondo de verdad” en los estereotipos que, por muy exagerado, incompleto, o simplificado que sea, advierte de la existencia de una base real.
Los estereotipos suelen tener connotaciones positivas o negativas y rara vez son neutros. Normalmente, se trata de exageraciones y generalizaciones que pueden ocasionar problemas para los miembros del grupo estereotipado negativamente.
Además de la categorización, se considera que los estereotipos cumplen la función psicológica de proteger el sistema de valores del individuo, ya que las categorías sociales están cargadas de valor para las personas; de ahí la resistencia a cambiar aquellos estereotipos que pueden afectar a nuestra autoestima o a nuestra ideología. Este planteamiento entronca con las funciones sociales señaladas por Tajfel: a) búsqueda de una identidad positiva, b) justificación de acciones contra otros grupos, y c) explicación de la realidad social.
Una de las funciones sociales de los estereotipos es, clasificar diferencialmente a los miembros del endo y el exogrupo, fomentando la visión positiva de nuestro grupo en comparación con los otros.
Es precisamente el carácter compartido lo que hace que los estereotipos sirvan para explicar acontecimientos sociales: como actúan los grupos, por qué lo hacen y cómo se conforma y mantiene la estructura social.
Los estereotipos también cumplen una función de control social, que se refiere a la relación existente entre el poder y la forma de estereotipar.
Finalmente, algunos autores aluden a la función ideológica de justificación y legitimación de un sistema u organización social que pueden cumplir los estereotipos. La teoría de la justificación del sistema se refiere a los procesos por los cuales se mantienen y hacen legítimas convenciones sociales a expensas de los intereses personales y del grupo. Los estereotipos mantienen y justifican un sistema social determinado que sigue favoreciendo a los grupos dominantes.

MODELO SOBRE EL CONTENIDO DE LOS ESTEREOTIPOS

Las características o atributos que se asocian a los miembros de un grupo se refieren a diferentes facetas del ser humano, como rasgos de personalidad, rasgos físicos o roles y ocupaciones. Asimismo, el contenido de los estereotipos puede variar en función de los cambios sociales y a lo largo del tiempo. Por ejemplo, antes de la llegada de Hitler al poder, los alemanes no tenían una visión tan negativa de los judíos, la incorporación de las mujeres al mercado laboral ha producido un cambio en los roles sociales.
Según el modelo del contenido de los estereotipos, las creencias estereotipadas también se rigen por unos principios que permiten agruparlas en torno a dos dimensiones:
  1. competencia o capacidad instrumental, que aglutinaría características asociadas a inteligencia, habilidad para alcanzar metas prestigiosas o racionalidad, y
  2. sociabilidad o afectividad, en la que se agruparía aquel contenido que se refiere a características relacionadas con aspectos como amistad, simpatía o sensibilidad.
De acuerdo con el modelo, estas dos dimensiones se pueden combinar dando lugar a 4 posibles categorías: competentes y sociables, competentes y fríos, sociables e incompetentes, fríos e incompetentes. Según el modelo, esta ambivalencia se refleja en que una alta competencia suele estar acompañada de baja sociabilidad, mientras que una alta sociabilidad suele ir acompañada de baja competencia.
Desde una perspectiva práctica y funcional, estas dos dimensiones permitirían al perceptor clasificar a las personas de acuerdo con la probabilidad de que sus intenciones sean amigables u hostiles y de su mayor o menor capacidad para alcanzar objetivos. Los estereotipos culturales sobre las características de sociabilidad y competencia de los grupos dependen de las estructuras sociales. Su hipótesis se basa en dos premisas:
  1. que los grupos se perciben como más competentes si tienen alto estatus y poder.
  2. Los grupos se perciben como sociables y afectivos siempre que no compitan con nuestro grupo.

LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

DEFINICIÓN Y COMPONENTES
En la investigación sobre el género, lo relacionado con la dimensión femenina recibe el nombre de expresivo o comunal y lo relacionado con la dimensión masculina se denomina instrumental o agente.
La estereotipia de rasgo hace referencia a las características que se considera que definen de manera diferente a hombres y mujeres. La estereotipia de rol incluye las actividades que se consideran más apropiadas para hombres y mujeres. Las ocupaciones también están estereotipadas. Finalmente, existen ciertos rasgos físicos que se consideran más característicos de mujeres y otros de hombres.
LA DIMENSIÓN DESCRIPTIVA Y PRESCRIPTIVA DE LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO Y SUS FUNCIONES
Además de lo señalado hasta el momento, los estereotipos de género tienen otras dos dimensiones con funciones diferenciadas. Cuando nos referimos a las características que se adscriben a hombres y mujeres estamos haciendo alusión a la dimensión descriptiva de los estereotipos. La segunda dimensión de los estereotipos de género, denominada dimensión prescriptiva, tiene un carácter normativo y perceptivo e indica cómo deberían ser y comportarse hombres y mujeres.
El componente descriptivo de los estereotipos de género tiene una función cognitiva: actúa organizando y estructurando el flujo de información sobre hombres y mujeres al que hacemos frente diariamente. El componente prescriptivo de los estereotipos de género está relacionado con intereses motivacionales. Por tanto, es la dimensión prescriptiva de los estereotipos de género la que cumple la función de justificación y mantenimiento del statu quo que los convierte en un elemento discriminatorio y de resistencia al cambio. Los estereotipos de género cumplen de este modo una función de mecanismo de control que determina lo que es normal, lo que es aceptable y lo que se desvía de la norma.
Los aspectos decriptivos dan lugar a una forma de discriminación “fría”, un tipo de discriminación que suele producirse sin hostilidad y sin que exista una intención abierta de discriminar. Los aspectos prescriptivos dan lugar a una discriminación intencional hacia las mujeres que transgreden las prescripciones de su rol de género. Se trata de un tipo de discriminación “caliente” - basada en hostilidad o resentimiento- que, está relacionada con la amenaza percibida por los hombres y posee una fuerte carga emocional, tomando la forma de evaluaciones interpersonales negativas y llegando incluso al acoso sexual. Por otra parte, la discriminación procedente del componente prescriptivo es más fácil de detectar que la derivada del componente descriptivo debido a que es más explícita.
El no asociar a las mujeres con la dimensión de competencia, y sí con la afectiva, sirve para justificar la ausencia de mujeres en posiciones de poder en las organizaciones.
Respecto a la evolución en el contenido de los estereotipos, los estudios revelan que, con el paso del tiempo, al evaluar a las mujeres han ido aumentando los rasgos masculinos o instrumentales que se les asignan, manteniendo a su vez los rasgos femeninos o expresivos con los que se las asocia. Los hombres, sin embargo, se siguen definiendo con características instrumentales, y no han variado respecto a las expresivas.

tema 9 psi social


TEMA 9 CONTRIBUCIONES DE LA PSICOLOGIA SOCIAL AL ESTUDIO DE LA AGRESION

LA AGRESIÓN. ALGUNAS CUESTIONES CONCEPTUALES

Se entiende por agresión cualquier forma de conducta dirigida a dañar o injuriar a otro ser vivo que está motivado a evitar tal trato. La falta de intención y de previsión de consecuencias por partes de los más fuertes es lo que hace que se considere una conducta no agresiva. Los intentos fallidos de aterrorizar si serian casos de agresión.
La intención de hacer daño es el elemento central de la definición de este tipo de comportamientos, las investigaciones sugieren diferenciar 2 tipos de agresiones en función de las dos metas más comunes perseguidas con este tipo de comportamientos: agresión afectiva u hostil y agresión instrumental. La primera se correspondería con las acciones cuyo fin último es provocar en daño. La segunda, que es la más frecuente, se caracteriza por ser una agresión dirigida a conseguir algún objetivo o un fin que no es el daño en sí mismo.
La agresión afectiva se considera impulsiva, dirigida por la ira y sin que previamente se hayan anticipado consecuencias más allá de la propia venganza. Este tipo de agresión suele ser reactiva. La agresión instrumental se realiza tras anticipar consecuencias reforzantes o para evitar castigos, se considera deliberada, racional y no guiada por la ira.
La agresión se puede caracterizar en función de diferentes parámetros; por ejemplo, la modalidad de respuesta (verbal o física), su visibilidad (abierta o encubierta), el tipo de daño que produce (físico o psicológico), la frecuencia con la que ocurre (puntual o repetida), la duración de sus consecuencias (transitorias o duraderas) o los agentes implicados (individual, interpersonal o grupos/colectivos).
Un término estrechamente relacionado con el de agresión es el de violencia. Concretamente, se plantea que la violencia consiste en infligir fuerza intensa a seres vivos o propiedades con el propósito de destruirlos, castigarlos o controlarlos, por tanto debe entenderse como un subtipo de agresión.

SUPUESTOS BASICOS DEL ANALISIS PSICOSOCIAL DE LA AGRESION

Dos son los supuestos de los que parte la Psicología Social en su estudio de la conducta agresiva. El primero de ellos es que el comportamiento agresivo es un comportamiento “normal”, que forma parte del repertorio de conductas habituales de las personas.
Las modernas teorías que propugnan el origen innato de la agresión son esenciales para interpretar su valor adaptativo para el individuo y para la propia especie. En este sentido, las tres perspectivas predominantes en su estudio son la psicología evolucionista, la etología y la sociobiologia.
Estas teorías, además, proponen ciertos mecanismos innatos que participan en el proceso de agresión. Dichos mecanismos proponen la existencia de una conexión cerebral cólera-miedo.
Por otro lado, las teorías del impulso y las teorías biológicas de la agresión incorporan en sus explicaciones los mecanismos motivacionales subyacentes a estos comportamientos. El primer tipo de teorías señalan el motivo de hacer daño, y el segundo, el motivo de satisfacción inmediata.
La perspectiva biológica ha propuesto otras teorías, es el caso de la hipótesis de los niveles de testosterona en sangre, según la cual la mayor frecuencia de agresiones por parte de los hombres que de las mujeres se podría explicar precisamente porque aquellos tienen niveles superiores de esta hormona. Por otro lado, el segundo supuesto de la Psicología Social en el estudio de la conducta agresiva afirma que la cultura regula el uso de la agresión en las relaciones interpersonales y sociales.
La importancia de la cultura en estos comportamientos se pone de manifiesto en numerosas investigaciones. Por ejemplo, el uso de la ironía se considera relativamente dañino en España, Polonia y EEUU, y muy agresivo en Japón e Irán. Por el contrario, el uso individual de la agresión para castigar a otros se considera muy adecuado en Japón e Irán y resulta inaceptable en España, polinia y EEUU.
Finalmente dentro de cada sociedad, la cultura no es completamente homogénea sino que coexisten distintos códigos o normas de violencia.

TEORIAS PSICOSOCIALES

TEORIA DEL APRENDIZAJE SOCIAL. APRENDIZAJE VICARIO
Propone que la agresión, al igual que el resto de las conductas del repertorio de comportamientos de las personas, se adquiere, mantiene y desarrolla según los principios del aprendizaje social.
El modelado permite a las personas aprender observando como se comportan otros. Bandura, Ross y Ross fueron pioneros en demostrar experimentalmente que el comportamiento agresivo se adquiere por aprendizaje social.
El aprendizaje vicario o por observación depende, además, de las características del modelo, de forma que el grado en el que el modelo y el observador son semejantes, la simpatía que despierta y estatus-poder que ostenta favorecen la imitación de su conducta. La intensidad o la cantidad de refuerzo que recibe el modelo alientan el aprendizaje y su imitación. Por el contrario, las conductas agresivas que no van seguidas de consecuencias o, incluso, son castigadas, reducen la frecuencia de la agresión por parte del observador, aunque no tanto como no haberlas observado.


TEORIA DE LA ESCALA DE VIOLENCIA
Es la dinámica que se genera cuando, una vez que se inician acciones agresivas o violentas, la parte afectada tiende a responder con violencia. La evidencia confirma que esta pauta de relación lleva a un intercambio de agresiones sucesivas que tienden a aumentar en frecuencia e intensidad.
La escalada de violencia puede iniciarse bien a partir de una agresión aislada que es seguida de una respuesta agresiva de mayor intensidad, y así sucesivamente, o bien a partir de repetidas acciones de exclusión social y de humillación hacia una de las partes, que finalmente son respondidas con una violencia de gran intensidad.

LA ESPIRAL DEL SILENCIO: LA AGRESION PÚBLICA Y SILENCIOSAMENTE TOLERADA
Es el proceso por el que la no intervención y el silencio de los observadores de agresiones o de actos violentos son interpretados como una señal de conformidad, de modo que lo que es solo opinión de una parte llega a ser considerado como una manifestación de aceptación generalizada.

ANTECEDENTES DE LA AGRESION. EVIDENCIA EMPIRICA


FACTORES PROCEDENTES DEL ENTORNO FISICO. ESTIMULOS FISICOS Y AMBIENTALES COMO ANTECEDENTES DE LA AGRESION
Los antecedentes físicos y ambientales relacionados con la agresión son de naturaleza aversiva. Entre ellos, los más estudiados son el ruido, la temperatura ambiental extrema, el hacinamiento (relación entre el nº de personas en un lugar y el espacio) y el dolor. Son varios los aspectos que tienen en común estos factores ambientales instigadores de agresión:
  1. No son sus características objetivas las que determinan su relación con la tendencia a agredir sino alguno de sus aspectos subjetivos.
  2. Los mecanismos propuestos para explicar las relaciones entre estos factores ambientales y la tendencia a agredir son similares.
Respecto al ruido se ha encontrado que:
  1. Es la imposibilidad de predecirlo y la falta de control sobre él lo que resulta más estresante (gritos golpes etc. etc.)
  2. El ruido continuado tiene un efecto acumulativo que mina la tolerancia a la frustración, lo que a su vez se relaciona con la tendencia a reaccionar de forma agresiva.

Si tenemos en cuenta el hacinamiento:
  1. Se comprueba que no es la densidad, sino la experiencia subjetiva displacentera asociado a la densidad, la variable que se asocia a la tendencia a agredir verbal o físicamente.
  2. Los resultados también sugieren que el hacinamiento afecta más a los hombres que a las mujeres
Respecto a la temperatura, la teoría de la ley térmica de la delincuencia predice una relación lineal entre temperatura y agresión.
  1. El estudio transcultural evidencio una tendencia curvilínea en la relación entre el clima y la violencia
  2. Los estudios de laboratorio con experimentos de agresión real muestran una relación no lineal. Los mayores niveles de agresión se producían en condiciones moderadas de afecto negativo. Cuando el afecto es escasamente aversivo o extremadamente aversivo, la tendencia a agredir disminuye.
Respecto al dolor (físico o moral), los resultados más destacados indican que:
  1. El dolor no solo se relaciona con la conducta agresiva sino que, cuando se tiene la oportunidad de dañar, genera un mayor deseo de hacer daño incluso a aquellos que no son causantes directos del dolor.
  2. El dolor provoca emociones negativas asociadas a la agresión, como la irritabilidad y cólera. Además, estas emociones son mayores cuando se anticipa a la persona que va a ser sometida a una experiencia dolorosa.
ANTECEDENTES MOTIVO-EMOCIONALES
La frustración como antecedente de la agresión
La hipótesis de la frustración-agresión, según autores, cualquier estímulo o acontecimiento que obstaculiza o bloquea la consecución de una meta genera frustración y esta frustración desencadenara inevitablemente una reacción agresiva.
Posteriormente, se sugiere que la frustración afecta a la agresión a través de la activación o arousal que provoca. En su segunda revisión, incorpora el afecto negativo como otro mecanismo por el que indirectamente la frustración puede desencadenar agresión.
Las emociones como antecedentes de la agresión
El modelo de cálculo emocional de la agresión, este mecanismo seria la conexión cerebral cólera-miedo. Según el modelo, la primera emoción estaría unida al ataque ofensivo y la segunda al ataque defensivo.
La propuesta original sugiere que la acción de este mecanismo se ve modulada por procesos cognitivos de distinto tipo que determinarán la manifestación de conductas agresivas o de huida.
Numerosos estudios han puesto de manifiesto que la cólera está estrechamente vinculada a la agresión afectiva o reactiva, ya que incide sobre alguno de los factores instigadores de la agresión. La cólera (o la ira) es una emoción intensa que se caracteriza por el deseo o la motivación para dañar y que puede instigar la agresión.
En términos generales se sugiere que, al igual que hay ciertas emociones que facilitan la agresión, existen otras, como la empatía, que inhiben la conducta agresiva. Concretamente, Feshbach, plantea que observar las señales de malestar de victimas de agresión provoca malestar emocional empático en el observador, lo que a su vez, inhibirá las posteriores respuestas agresivas y facilitara las conductas de ayuda hacia otras víctimas.
ANTECEDENTES SOCIO-MOTIVACIONALES
Ataque interpersonal
Es el instigador más potente de la agresión. Incluye una diversidad de estímulos que provienen de otras personas en forma de insultos, menosprecio y otras formas de agresión verbal y física. La agresión no es una simple reacción fruto de una secuencia estímulo-respuesta (ataque-agresión) sino que en todos los casos pone de manifiesto la presencia de variables intermedias y moduladoras de tal relación.
La exclusión social
Se refiere a la negación de derechos sociales y de oportunidades fundamentales. La exclusión constituye un conjunto de procesos sociales, tales como el ostracismo (exclusión total de una persona en sociedad, rechazo social), la marginación, el rechazo, la descalificación, la denigración, la estigmatización e incluso actos de violencia, y de situaciones que resultan de estos procesos.
Hay tres contextos públicos en los que la exclusión adquiere dimensiones propias: el contexto laboral (mobbing), el contexto escolar (bulling) y la que ejerce la sociedad en su conjunto.
Primero la exclusión solo es posible en virtud de la participación del resto de los miembros integrados de la comunidad. Segundo, la naturaleza social de la agresión se pone de manifiesto cuando se observa que la situación de exclusión de las victimas genera respuestas de evitación por parte del resto de los miembros de la comunidad. El temor a convertirse, a su vez, en victimas de ostracismo alienta en ellos respuestas y/o pasivas de rechazo y devaluación.
Por otra parte, la exclusión se ha relacionado con los conflictos gestionados de forma destructiva y con las agresiones extremas. Los estudios analizan los antecedentes que precedieron a asesinatos masivos cometidos en distintos centros escolares. Esta situación de exclusión había generado en los agresores sentimientos duraderos de humillación e injusticia que habían sido definidos en el deseo de vengarse y de acabar con sus propias vidas.
La violación de normas
Las normas tienen una cualidad moral prescriptiva. Su incumplimiento suscita un deseo de reparación de tal injusticia. Se ha propuesto que las normas cumplen varias funciones para los miembros del grupo o la comunidad. La primera es crear unas condiciones predecibles y controlables que les permitan cooperar entre si en lugar de luchar y competir. Una segunda función es al de describir la realidad aportando información acerca de cómo deben ser las cosas, de lo que es aceptado y no aceptado, de lo que será castigado o premiado y como.
La evidencia empírica confirma que la violación de normas genera sentimiento de ira, agresión y deseos de reparación de la injusticia. No obstante, la vulneración de una norma y la consecuente percepción de injusticia no provocaran reacciones agresivas si se juzga que tal infracción está justificada.

MECANISMOS IMPLICADOS EN EL PROCESO DE AGRESION

LA ACTIVACION COMO INTENSIFICADOR DE LA AGRESION AFECTIVA
La frustración, el ruido, el hacinamiento y otros, aportan activación o energía para la acción y que, en este estado de activación, la conducta resultante será agresiva solo si la persona esta predispuesta a actuar de esta forma frente a otras alternativas de conducta.
El estudio de Chrity confirma el efecto de la activación en la conducta agresiva, ya que no se encontraron diferencias entre los grupos que al competir resultaron vencedores o vencidos, sino que entre los que tuvieron que competir y los que no compitieron. Es decir, el mecanismo diferencial fue la simple activación derivada de la competición.
TRANSFERENCIA DE LA ACTIVACION Y COLERA
La expresión transferencia de la excitación, aplicado a la agresión, sugiere que la energía producida por un estimulo inicialmente irrelevante para la agresión puede añadirse al aruosal elicitado por otro estimulo, próximo en el tiempo, que si es relevante para la agresión. Es decir, la tendencia a vengarse era mayor cuanto más fuerte había sido la provocación. Además, el tiempo de demora de la venganza debía ser tal que la excitación no se hubiera extinguido.
COGNICION Y EMOCION EN LA TRANSFERENCIA DE EXCITACIÓN
El etiquetaje cognitivo
El estudio de los mecanismos cognitivos y emocionales sugieren que ante una provocación que desencadena enojo o ira en la persona, ante una segunda fuente de excitación, la transferencia se producirá solo si los mecanismos cognitivos y/o emocionales confirman la pertenencia de esta conducta o, dicho de otra forma, si las cogniciones que acompañan a tal activación son relevantes para la agresión. La teoría del etiquetaje cognitivo sugiere que ante un estado de activación serán las cogniciones disponibles las que etiquetaran la emoción como relevante para la agresión o no. En estas condiciones, si la persona atribuye la excitación a la provocación, la activación será etiquetada como cólera. Si la persona atribuye la excitación a una causa no relevante para la agresión, será menos probable que la excitación se etiquete como cólera.
La cólera en la transferencia de excitación
Algunos autores plantean que la propia emoción de cólera actúa como fuente de información que guía el procesamiento cognitivo de la información.
Por último, algunos autores consideran la cólera como una respuesta emocional que se expresa física cognitiva y comportamentalmente, y que todo ello se desencadena por mecanismos puramente asociativos. Estos autores, por tanto, consideran el efecto del condicionamiento clásico.
EL MOTIVO DE VENGANZA
Los pensamientos rumiativos y la idea de vengarse van acompañados de una sobrecarga emocional que activa los aspectos relevantes para la agresión. Este estado es el que hace que la persona este orientada a conseguir el reconocimiento o la compensación que “se merece”. Como consecuencia, la percepción de lo ocurrido y el procesamiento de la información relacionada con el conflicto se asocian al deseo de vengarse del provocador. El motivo de venganza es la consecuencia de que el preceptor: 1) experimente ira, 2) atribuya responsabilidad y/o intencionalidad al provocador y 3) crea que el acto de venganza es posible y está pendiente.
MECANISMOS COGNITIVO-MOTIVACIONALES
  • CREENCIA EN UN MUNDO HOSTIL
  • CREENCIA EN UN MUNDO JUSTO
  • CREENCIAS NORMATIVAS O NORMAS SOCIALES
  • ESQUEMAS PROCEDIMENTALES
  • CONSIDERACION DE LAS CONSECUENCIAS FUTURAS
MECANSIMOS GRUPALES INSTIGADORES DE LA AGRESION
Las relaciones entre grupos son, con frecuencia, conflictivas. No obstante, está determinada por la tendencia de ciertos grupos a considerar la agresión y la violencia como una alternativa en sus interacciones cotidianas.
Dinámica intragrupales de agresión
La agresión puede ejercerse entre los miembros del propio grupo (agresión intragrupal) o bien en las relaciones con otro u otros grupos (agresión intergrupal). Los factores intragrupales relevantes para la agresión son, con frecuencia, de dos tipos. Por un lado, los relacionados con la adquisición de liderazgo. Y, por otro, aquellos que surgen cuando el propio grupo o los lideres se sienten amenazados, bien por agentes externos, bien por conflictos internos que amenazan la posición de poder de los lideres ya establecidos.
Se ha constatado que el desarrollo de grupos potencialmente hostiles y agresivos es más probable en situaciones de crisis política, identitaria y social. En este tipo de grupos, el recurso a la violencia hacia el exterior o la propia autoinmolación parece ser consecuencia de las relaciones sociales que se han ido generando y que, en un momento dado, llevan al líder del grupo a decidir que la acción colectiva violenta, incluida la autoinmolación, es deseable o inevitable. La ruptura con el exterior, conseguida directamente mediante el aislamiento físico del grupo, o mediante la ruptura de vínculos ajenos al grupo, posibilitan el desarrollo de comunidades cerradas.
En estos casos, los grupos se organizan de forma autocrática, con una fuerte estructura jerárquica en la que los procesos de influencia social, tales como la presión hacia la uniformidad, la obediencia a la autoridad, los procesos de desvinculación dentro del grupo, la imitación y la sugestión y los procesos de validación social actuaran como formas de presión intragrupal para lograr mayor identificación, cohesión y aceptación de las normas agresivas del grupo. La diferencia entre unos grupos y otros es el grado en que llegan a incapacitar a sus miembros para desarrollarse fuera del grupo o para establecer relaciones intergrupales no destructivas.
Dinámicas intergrupales de agresión
Desde la teoría realista del conflicto se ha señalado que las relaciones entre grupos marcadas por la competición del tipo “suma-cero”, por los recursos valorados y escasos, desencadenan con mayor facilidad el rechazo, la hostilidad y la discriminación intergrupal.
La teoría de la identidad social predice que los mecanismos que sirven para producir cohesión grupal pueden, en determinadas condiciones, actuar como instrumentos de exclusión y agresión intergrupal. De esta forma, el favoritismo endogrupal no solo se manifestaría en la tendencia a favorecer a los miembros del propio grupo frente a los no miembros, sino que podría desencadenar manifestaciones más agresivas de rechazo social hacia los no miembros. La primera de estas tendencias puede ser consecuencia de la simple categorización social; la segunda, de la perdida de cohesión interna o de la percepción de amenaza a la identidad social del propio grupo.
La teoría de la comparación social algunas de las principales aportaciones desde esta perspectiva consisten en haber señalado el papel que pueden tener los sentimientos de ilegitimidad, injusticia y frustración en las manifestaciones de violencia. Los procesos de comparación sirven para predecir agresión societal cuando los miembros de una sociedad experimentan un desequilibrio entre sus necesidades o expectativas de metas y lo que consiguen. La agresión societal se manifiesta cuando se desencadena frustración sistemática, descontento que produce ese desequilibrio y puede llevar a la violencia sociopolítica. La privación relativa son las revueltas sociales que surgen cuando los miembros de una sociedad culpan al sistema político del desajuste entre bienestar que habían esperado y el bienestar alcanzado. Son los procesos de comparación los que están en la base del desarrollo de una identidad social inadecuada.

FACTORES PSICOSOCIALES DE RIESGO

Con frecuencia, se identifica una constelación de factores instigadores de agresión que confluyen sobre una misma persona. Este tipo de situaciones somete a las personas a experiencias vitales relevantes para la agresión, pudiendo hablar de la existencia de auténticos factores psicosociales de riesgo o síndromes de violencia.
Algunos de los factores que con mayor frecuencia confluyen se derivan de las primeras experiencias con la familia, por ejemplo, la incapacidad de los padres para desarrollar vínculos afectivos seguros con sus hijos o la exposición a patrones de socialización en la familia que carecen de autoridad, es decir, que desarrollan un estilo frio y simultáneamente no demandante o laxo. Es frecuente que los niños que conviven con la violencia padezcan simultáneamente otras adversidades, como son pobreza, malnutrición, hacinamiento, abuso de sustancias, falta de cuidados médicos, desempleo de los padres, psicopatología familiar, desorganización, inestabilidad familiar y ausencia de estimulación cognitiva.
LA EXPERIENCIA DE VIOLENCIA
La experiencia directa de violencia
En primer lugar, por los efectos sobre su desarrollo emocional y psicosocial. Estas experiencias inciden en la manifestación de desórdenes conductuales y emocionales, y afectan a su visión del mundo y de sí mismo, a sus ideas acerca del significado y el propósito de la vida, a sus expectativas de felicidad futura y a su desarrollo moral.
En segundo lugar, un ambiente violento, sea en la propia familia, o el que se vive en la comunidad o barrio del niño, compromete la capacidad de los padres para satisfacer las necesidades de cuidado y apoyo, bien porque sean los propios padres los agresores o víctimas, bien porque la violencia en la comunidad les lleve a sentirse atemorizados e indefensos.
Los niños que han sido agredidos físicamente por sus padres, asaltan y agreden más a los cuidadores y a sus iguales que los niños abusados sexualmente o los niños rechazados o no abusados.
La experiencia indirecta de la violencia. La agresión observada en los medios de comunicación.
Algunos estudios revelan que más del 40% de los niños entre 6 y 10 años que se exponían con gran frecuencia a la violencia televisada, 15 años después habían delinquido o cometido actos violentos.
Existe cierto consenso por el que se considera que los mass media no solo son producto de la vida social que como tal reflejan la realidad, sino que actúan sobre ella, promoviendo y difundiendo aspectos que regulan la vida de las personas y sus visiones del mundo.
Es claro en este sentido, que el modelado, la imitación y el aprendizaje operante son herramientas útiles para explicar que la violencia presentada en los medios de comunicación puede promover el aprendizaje de comportamientos agresivos concretos y su puesta en práctica.Numerosos estudios han puesto de manifiesto que estos efectos se reduciran sustancialmente en función de la situación que rodea la exposición y en función del marco cultural en que se produzcan. En definitiva, los medios de comunicación pueden, en determinadas ocasiones, fomentar la violencia y las normas, valores y actitudes que la sustentan. Por otro lado, se ha puesto de manifiesto que esta forma de exponerse a la violencia afectara en mayor medida si el contexto y las características de la cultura promueven el uso de la violencia y la imitación de las conductas presentadas.